Cientos de vecinos y trabajadores de la antigua Fe y del Arnau de Vilanova se manifestaron ayer por la pervivencia de ambos hospitales y para expresar sus dudas respecto a la última propuesta de la Conselleria de Sanidad, que consideran inconcreta y electoralista.

Después de 35 manifestaciones para reivindicar la apertura de un hospital en la vieja Fe de Campanar, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, anunció recientemente la construcción de un hospital de 450 camas con una inversión de 65 millones de euros. Pero anunció, así mismo, que se cerraría el hospital Arnau de Vilanova, lo que fue entendido por los vecinos como desvestir a un santo para vestir a otro.

Además, una reciente reunión del conseller Manuel Llombart con varias entidades vecinales no hizo sino «enturbiar más las cosas», dicen, pues ya no les dio cifras del hospital que ha de construirse en la vieja Fe y anunció la creación de un centro de especialidades en el Arnau.

La protesta, por tanto, «estaba cantada», aseguró el presidente de la Comisión Cívica por un Hospital Digno en Campanar, Matías Alonso, que ha impulsado un comité conjunto con los vecinos, comerciantes y trabajadores del Arnau de Vilanova para defender el mantenimiento de ambos centros sanitarios. La manifestación de ayer fue precisamente la primera expresión de esa protesta conjunta.

A la marcha asistieron alrededor de mil personas de uno y otro lado. En representación de los trabajadores del Arnau, Luis Lozano, secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT, aseguró que la propuesta del presidente Fabra es «un anuncio estrafalario» y «poco creíble». «Sesenta millones de euros no llegan ni para tirar media Fe, dijo Lozano, que habla de «mentiras para engañar a los vecinos» que «no tienen recorrido».

A su juicio, «el hospital la Fe podría servir perfectamente para atender a los crónicos de Valencia», que es una asignatura pendiente de la sanidad valenciana, mientras que el Arnau de Vilanova, donde «se ha hecho una inversión muy importante en los últimos años en laboratorios y radiodiagnóstico» sería «una locura desmantelarlo».

Detrás de esa idea, dijo, «hay intereses de hospitales privados en instalarse en el área geográfica donde está el Arnau, uno de ellos perteneciente a una empresa importante de la Sanidad privada».

Por su parte, Matías Alonso explicó ante el viejo edificio de la Fe y entre aplausos de los manifestantes, que la de ayer era la manifestación 36 y van a seguir protestando hasta que haya una solución clara, no «una mentira».

A su juicio, el anuncio de Fabra se produce «cuando se ve con el agua al cuello» y necesita promesas para las próximas elecciones, por lo que el próximo 20 de noviembre habrá una nueva manifestación. Es más, no se descarta que alguna de estas protestas se traslade próximamente al Arnau de Vilanova, como sugirieron algunos manifestantes allí mismo.