La paja de los campos de arroz del entorno de l'Albufera se ha convertido en los últimos años en un gran quebradero de cabeza para agricultores, vecinos de los núcleos del parque natural y autoridades, que no encuentran una solución que satisfaga a todas las partes. Tras siete años sin humos, este año se ha vuelto a permitir la queja de la paja, una tradición ancestral que, sin embargo, genera problemas respiratorios a la población. El enfangejat tampoco satisface a todas las partes afectadas, pues la putrefacción de los restos de la cosecha también genera gases molestos y nocivos para la salud. Con esta coyuntura, y ante la imposibilidad económica de crear una planta de compostaje, Acció Ecologista Agró, junto a otras entidades, ha encontrado una solución parcial para aquellos campos que no estén anegados de agua. Ha ideado el primer banco de paja de arroz, cuyas aplicaciones van desde la agroecología hasta la bioconstrucción. A 1 euro la bala, la iniciativa comenzó ayer a tomar forma en uno de los campos de Catarroja.

El fin último del banco de paja de arroz es preservar y salvaguardar el parque natural de l'Albufera. Se trata de una iniciativa de Agró, el Sistema de Participación de Garantía de Ecollaures y la Cooperativa Agroecològica l'Aixada com Eixida, que además cuenta con la colaboración de la Escola de Capatassos Agrícoles de Catarroja y otros colectivos. Este pionero proyecto pretende dar a los posibles demandantes de la paja del arroz la posibilidad de obtenerlo de una manera sencilla, poniendo en marcha un sistema de empacado y recogida de la paja, bajo demanda, al precio de 1 euro por bala de paja. Este es únicamente el precio del empacado, puesto que con esta iniciativa se aprovecha un residuo agrícola que no tiene otra gestión, con lo cual es completamente gratuito.

Pero, ¿para qué puede servir la paja de arroz? Por ejemplo, para crear un acolchado en campos de cultivo. Esta cubierta de paja favorece la retención de humedad al terreno, evita el crecimiento de las malas hierbas y, al descomponerse, la paja proporciona nutrientes al terreno.

También se puede utilizar la paja como material de bioconstrucción, como explicaba ayer a este periódico el responsable de Okambuva, una cooperativa que se dedica a la construcción sostenible y que le ve mucho futuro a esta iniciativa. Además, la paja sirve para hacer acolchados en reforestaciones o para evitar la erosión del suelo en espacios forestales.

De momento se han encargado 380 balas de paja, que comenzaron a empacarse ayer, aunque la cifra podría aumentar en 200 unidades más si se confirma un pedido de última hora.