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Comercios

Decenas de tiendas antiguas cambian de local o cierran por la subida de alquileres

Los 20 años de prórroga para las rentas antiguas acaban el 1 de enero y a partir de entonces rigen los precios de mercado

Decenas de tiendas antiguas cambian de local o cierran por la subida de alquileres

Gran parte de los comercios históricos del centro de Valencia y también de sus barrios más señeros están viviendo una pequeña gran revolución en los alquileres cuyas consecuencias están siendo la subida de las cuotas, el traslado a otros locales o directamente el cierre. Decenas de tiendas ya han tomado alguna de estas decisiones y muchas otras las tendrán que tomar en los próximos dos meses.

El origen de esta situación es la denominada «Ley Boyer», que en el año 1985 acabó con el concepto de «prórroga forzosa para el arrendador» y estableció una moratoria de 20 años para que los alquileres de renta antigua acomodaran sus precios a los del mercado. Dado que ese decreto no fue ratificado por el Tribunal Constitucional hasta el año 1994, ese periodo de tiempo no entró en vigor hasta entonces y por eso termina ahora, el 31 de diciembre de 2014. Es decir, el 1 de enero se ponen los contratos a cero y rige la ley de mercado, lo que puede multiplicar la cuantía de los alquileres hasta por diez.

En Valencia, sobre todo en el casco histórico y en el Ensanche, hay decenas de locales afectados por esta disposición y aunque muchos lo han resuelto años atrás o han sido víctima de la crisis, muchos otros han tenido que tomar decisiones en los últimos meses o están corriendo ahora para tomarlas.

Según explicó Julia Martínez, secretaria de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, sólo en su entidad tenían 15 establecimientos afectados y de ahí que hayan tenido que poner en marcha jornadas informativas para explicarles las distintas formas jurídicas o administrativas de afrontar esta situación.

En algún caso muy conocido, asegura, los propietarios de la firma no han llegado a un acuerdo con el propietario del local y han acabado comprándolo. En muchos otros casos ha habido traslados a otros locales más pequeños o incluso a zonas menos caras de la ciudad. Y ha habido muchos que han terminado cerrando la tienda. Al respecto, Julia Martínez citó el caso de un comerciante clásico que se negaba a pagar más de los 121 euros que tenía de renta y ha decidido poner fin a su negocio.

Efecto sustitución

Si el efecto «persianas bajadas» no es más visible en el centro de la ciudad es, según Julia Martínez, porque ha habido un efecto sustitución muy rápido y los locales que han cerrado han sido inmediatamente reabiertos por bares o restaurantes al calor del nuevo turismo.

En este sentido, Isabel Cosme, presidenta de la Confederación de Empresarios del Comercio Valenciano (Cecoval) ha asegurado que la crisis económica está, paradójicamente, ayudando a resolver estos problemas, ya que ahora los alquileres están mucho más bajos de lo que lo estaban hace unos años y eso ha facilitado los acuerdos. La subida de precio no ha sido tan fuerte como se esperaba.

Aún así, Isabel Cosme certificó esa «pequeña revolución» que se está produciendo en el comercio valenciano, una revolución que, por otra parte, no es más visible o más evidente porque muchos de los comercios afectados no revelan su situación.

«Ha habido comercios que se han trasladado, otros que se han jubilado aprovechando este momento y otros que han cerrado porque no pueden soportar estos alquileres», asegura Cosme, pero la discreción manda y es muy complicado saber el alcance real del problema, añade la presidenta de Cecoval.

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