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Defensa islámica

Sale a la luz otro tramo de la muralla árabe

El arquitecto Ignacio Campos integra en su centro de convenciones un paño de la defensa islámica

Sale a la luz otro tramo de la muralla árabe

El arquitecto Ignacio Campos ha recuperado un tramo de la muralla árabe y lo ha integrado en el nuevo espacio de eventos que inaugurará hoy en el número 10 de la calle Portal de Valldigna. Allí había estado siempre, pero nunca se había puesto en valor. Es más, en algunos momentos ha sido muy maltratada, especialmente cuando la comisión fallera que ocupó el local cocinaba las paellas junto a la histórica defensa islámica. Por eso está especialmente satisfecho del trabajo y de la aportación cultural que hace a la ciudad, cuyos vecinos y visitantes podrán conocer el monumento cuando no tengan actividad.

Según cuenta Ignacio Campos, el edificio en cuestión es de estilo gótico y conserva al menos parte de la fachada. Pero sobre todo es el lugar de nacimiento de San Pedro Pascual en el año 1227, antes de la reconquista. A este santo se le atribuye la «Biblia parda», una traducción del texto original en la «lengua romance de la zona», que era un valenciano muy primitivo. De ahí el interés que despierta entre el valencianismo, dijo el arquitecto.

En 1830, sin embargo, se destruyó todo el conjunto gótico para construir las viviendas de los jefes de la fábrica de seda que había en la planta baja. «Era la burguesía del momento», precisa. Y así pasaron los años hasta llegar a la época actual, ya bajo la propiedad de la familia de Ignacio Campos, que siempre ha sabido que la muralla árabe estaba en el interior, como atestiguan todos los documentos oficiales y el propio Plan de la Muralla.

La rehabilitación

Así pues, cuando en 2003 decidió rehabilitar la finca para hacer apartamentos, supo que su objetivo debía ser poner en valor este «paño» de la historia. En ese momento el local lo ocupaba una falla y en el patio, junto a sus paredes, se cocinaban hasta paellas, asegura.

Pidió las licencias de obras, realizó las obligadas excavaciones arqueológicas, documentó lo «poco» encontrado y obtuvo el beneplácito de la Conselleria de Cultura. Luego consultó con los principales expertos en este sector y se limitó a limpiar el trozo de muralla que era visible e integrarla en su proyecto arquitectónico, sin apoyar nada en la estructura y poniéndola a salvo de toda agresión.

En dos tramos

Dos son los tramos que podrán disfrutar los usuarios del centro de convenciones y los visitantes interesados en la historia de Valencia. Uno, que da cuenta de la dimensión de la estructura, está en el patio del edificio y ha quedado intacto. Y el otro está en el interior, haciendo pared para una de las salas del centro.

En este caso, tiene el atractivo añadido de mostrar una de las puertas clandestinas que se utilizaban para cruzar de un lado a otro de la muralla cuando ésta se cerraba. Recuerda Campos que en la Edad Media había construcciones apoyadas a un lado y a otro y que la gente pagaba para cruzar del barrio árabe al barrio cristiano cuando no había posibilidad física de ello. «Se pasaba de una vivienda a otra de manera furtiva», explica.

Con estos mimbres, el arquitecto asegura que su idea es hacer un espacio para reuniones de empresa y eventos, con la personalidad y singularidad que da el edificio. Pero además, quiere darle una vertiente cultural. «Una cosa financiaría precisamente la otra», espera.

Así mismo, quiere que los valencianos conozcan esta parte de su historia, para lo cual permitirá su visita siempre que no haya actividad en el edificio.

En correspondencia a todo ello no estaría de más haber recibido las ayudas que teóricamente debería tener y que, según dijo, sigue reivindicando. El trabajo realizado cree que lo merece.

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