Más de 600 muertos vivientes tomaron ayer las calles de Valencia. Eran muertos vivientes de mentira, claro, pero el maquillaje profesional al que los participantes en la nueva edición de la Marcha Zombi tenían derecho pagando cinco euros que iban a beneficio de las ONG Psicólogos sin Fronteras y Xaloc Russafa hizo que más de uno pegara un salto del susto.

Se trata de un evento joven pero que ya se ha consolidado dentro de la oferta de ocio de la ciudad en la semana previa a la festividad de Halloween. Nacido como un homenaje a las películas de subgénero zombi, la Valencia Zombie Party ya se ha asentado en la ciudad y edición tras edición cuenta con cientos de participantes.

Además de la Marcha Zombi, que se trata del acto más famoso por realizarse en el mismo centro de la ciudad, el sábado anterior se organiza un minifestival de cine de este género en Rocafort. Las ganancias del mismo también van destinadas a las dos ONG.

La marcha zombi es un evento lúdico que se desarrolla durante toda la tarde del sábado anterior a Halloween. Desde las 15.00 horas, grupos de maquilladores profesionales se encontraban tanto en la Estació del Nord como en una tienda cercana para caracterizar a los participantes, que además podían venir disfrazados como distintos tipos de zombis.

A partir de las 20.00 horas se celebró la «batalla por la supervivencia», una especie de juego de rol en vivo en el que un grupo de supervivientes intenta escapar de las hordas de zombis. El recorrido une la Estació del Nord y la plaza de la Virgen y las huidas, las carreras y las persecuciones se suceden por la plaza del Ayuntamiento, la de la Reina o la misma calle San Vicente Mártir hasta primera hora de la noche, cuando terminan los actos.