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Uso terciario

Catorce fábricas abandonadas podrán convertirse en discotecas, hoteles o espacios comerciales

La Central Lechera el Prado, la harinera de Benimàmet, varias naves de la ciudad fallera o dos solares junto a San Miguel de los Reyes pasarán de tener calificación industrial a ser terciario

Catorce fábricas abandonadas podrán convertirse en discotecas, hoteles o espacios comerciales

La vieja Central Lechera el Prado, naves de la Ciudad Fallera, la Harinera de Benimàmet o viejas naves situadas junto a la nueva Fe o San Miguel de los Reyes podrán albergar desde ahora supermercados, discotecas, hoteles o cualquier otra actividad comercial. Son en total 14 solares que dejan de ser industriales para convertirse en terciarios, una medida del Ayuntamiento de Valencia encaminada a facilitar la actividad económica en espacios residenciales que, por su calificación industrial, la impedían. El problema, según la oposición, es que al estar en zonas consolidadas afectarán a la vida de los vecinos o a la vista de monumentos protegidos.

El proyecto definitivo, un adelantó del cual ya dio este periódico, se aprobó en el pleno municipal del pasado 31 de octubre una vez agotado el periodo de alegaciones. Se trata, según el expediente, de «facilitar las condiciones que permitan la implantación de actividades económicas generadoras de empleo».

Para ello se ponen en marcha dos medidas sustanciales: la primera de ellas es cambiar el planeamiento para que los nuevos edificios puedan subir la altura del sótano y de las primeras plantas, todo ello manteniendo la edificabilidad a costa de reducir la huella del edificio.

La otra medida es acabar con los espacios industriales situados dentro de la ciudad para convertirlos en terciario, lo que permitirá, así mismo, levantar edificios comerciales. En total, el consistorio ha identificado 14 de estos solares o construcciones antiguas y lo ha hecho precisamente a raíz de que determinadas empresas se interesaran por ellos y constataran los problemas que había con la actual normativa urbanística.

Para estos últimos solares, la nueva normativa establece la posibilidad de incrementar la altura máxima de cornisa de 12 a 20 metros y un máximo de cuatro plantas. La edificabilidad, sin embargo, tampoco varía, por lo que para llegar a esa altura tendrán que reducir la base. El objetivo es facilitar muy concretamente el uso de estos edificios para hoteles u oficinas.

Y por lo que se refiere a la situación de estos solares, la casuística es muy variada. Uno de ellos es la vieja Central Lechera El Prado, situada en la avenida de Cataluña. También hay un conjunto de naves de la Ciudad Fallera situadas junto a Hermanos Machado; la vieja Harinera de la pedanía de Benimàmet, entre las calles Miniaturista Meseguer y Rafael Tenes Escrich; dos espacios industriales situados en la Avenida de la Constitución, cerca del monasterio de San Miguel de los Reyes; una parcela situada frente al hospital 9 d´Octubre; y otra colindante con la nueva Fe.

El resto son viejas naves o construcciones rurales situadas en Malilla, Valle de la Ballestera (Sant Pau), Antigua Senda Senent con Islas Canarias y Eduardo Boscá, Torrefiel, Nazaret y La Torre.

Algunas curiosidades de estos espacios son, por ejemplo, que la vieja fábrica el Prado es ahora de la familia Lladró, que algunas de las naves están cerca de dos hospitales (la nueva Fe y el 9 d´Octubre), que ésta última alberga en su interior la alquería medieval denominada de Nel.lo Xurro; que se altere la edificabilidad en la Ciudad Fallera o que se permita elevar las alturas de los edificios junto al Monasterio de San Miguel de los Reyes, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Del resto de edificaciones, cabe destacar que la mayoría de ellas, como las de Malilla o la Antigua Senda Senent, están en zonas residenciales consolidadas, por lo que podrían generar protestas de los vecinos. La oposición así lo advirtió en el último pleno.

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