Las movilizaciones seguirán en Campanar el próximo 20 de noviembre. Así lo aseguró ayer el coordinador de la Comisión Cívica por un Hospital Digno en Campanar, Matias Alonso, tras cuestionar la promesa del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, de levantar un nuevo hospital en la antigua Fe dado que «no sólo no aparece ni un sólo euro» en los presupuesto de 2015, sino que al propio ayuntamiento «no les consta que la Generalitat haya solicitado ningún papel» para poder intervenir en la zona.

Por ello, Alonso presentó ayer, junto con el responsable de UGT en el Hospital Arnau, Carlos Cruces, y Josep Roman, de la A VV de Benicalap, una carta de la comisión en el registro de entrada de la Conselleria de Sanidad en la que piden una reunión para que aclare estas nuevas informaciones.

Así, informó de que en una respuesta del propio concejal de Licencias, Félix Crespo, a una pregunta del PSPV señala que «no consta que se haya solicitada nada por la Generalitat o por la Conselleria en relación a una nueva intervención ya sea de rehabilitación o derribo». Además, en los presupuestos para 2015 «no aparece cantidad alguna para la antigua Fe de Campanar» mientras destinan 1,5 millones para «proseguir con las reformas en el Arnau de Vilanova» cuando «se supone que lo van a derribar».

Para ello, ha vuelto a solicitar una reunión con el conseller Llombart, en la que se le recuerda que en la carta que recibieron de Fabra el pasado 15 de octubre se les aseguraba que les llamarían desde Sanidad. «Fue el propio Fabra quien derivó a Llombart la reunión, así que el conseller poco más puede decir aparte de poner fecha», reclacó.

Por su parte, el responsable de UGT en el Hospital Arnau, Carlos Cruces, apuntó que han solicitado más información al gerente en la próxima reunión de la Junta de Personal, que se celebrará a finales de mes. Cruces recordó que en la pasada reunión, el gerente «contestó que solamente sabía lo que había salido en prensa». Del mismo modo, Josep Roman, de la Asociación de vecinos de Benicalap, recalcó que en el barrio están «hartos de cálculos electorales» y lo que quieren los vecinos son «soluciones para dar un área de coherencia a un área que está totalmente desarticulada».