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Del trasiego comercial al abandono

"Portxets" y "covetes" en el olvido

La oposición reclama con insistencia una urgente intervención de edificios del centro histórico que forman parte del patrimonio cultural

"Portxets" y "covetes" en el olvido

De corazón comercial de la Valencia de hace décadas, a sinónimo de degradación en la actualidad. La Plaça dels Portxets está a años luz de lo que fue a principios del siglo XIX, cuando vivió su época de máximo esplendor. Idéntico camino siguieron las «Covetes» de los Santos Juanes, que hasta 1970 aún ofrecían a los clientes y curiosos sus llaves, planchas y paellas de hierro a ras de suelo. Una imagen, esta última, que puede contemplarse en el libro «La València Oblidada», con fotografías de Joaquín Collado y textos de Rafael Solaz. Dos espacios singulares de la fisonomía de Valencia sobre los que los grupos municipales PSPV y EU han alzado la voz de alarma. Ambas formaciones políticas reclaman una intervención urgente en el centro histórico. «Es imposible realizar un itinerario sin encontrarse solares abandonados o edificios en ruinas con mallas protectoras», comentaba hace unos días el socialista Vicent Sarrià. En el mismo sentido se expresaba Amadeu Sanchis (EU) sobre los históricos semisotanos cercanos a la Lonja. «Son construcciones con carácter patrimonial en peligro», alertaba.

Los abovedamientos de las calles y los «portxes» fueron elementos urbanísticos muy característicos en las ciudades medievales, algunos herencia del pasado árabe. El nuevo urbanismo y la preocupación por parte de las autoridades por conseguir calles más anchas y mejor iluminadas acabaron con ellos. Así lo refleja el libro «Una ciutat gran i populosa», de José Hinojosa Montalvo. Los grabados de la época permiten hacerse una idea de una zona donde se concentraba un enorme trasiego de comerciantes y vecinos. «La omnipresente Lonja de la Seda — ya llamada de los Mercaderes—, la iglesia de Sant Joan y el convento de las Magdalenas, el Principal, los porxets de los edificios, con sus características columnas que dieron título a la plaça...», es la estampa de entonces que describe el estudioso y bibliógrafo Solaz.

Las casas levantadas junto a la bóveda de la acequia de Na Rovella tenían unos pórticos con habitaciones salientes de los edificios, sostenidos por cinco columnas y con «unos catorce palmos de altura». Según los documentos consultados por Solaz, el dietario de Pau Carsí recoge que hasta 1820 existían 78 columnas que ofrecían un aspecto bastante característico del lugar. «En 1883 los portxets característicos de la plaza del Mercado se hallaban en un lastimoso estado y amenazaban ruina, por lo que se decidió eliminarlos», según Solaz. Ahora sólo figura la placa que da nombre a la plaza y alrededor todos son edificios que remiten a un tiempo mejor.

Construidas en 1700

Testimonio de aquella época sí quedan las «covetes», construidas por el escultor Leonardo Julio Capuz entre 1700 y 1702 en la parte inferior de la terraza de la Iglesia de los Santos Juanes, y que siguen en pie, aunque muy deterioradas. Talleres artesanales y las llamadas «tiendas de viejo» ocuparon hasta el siglo pasado estos particulares recovecos, ahora sin uso, pero que acaparan inevitablemente la atención de los turistas.

En 1835, con la desamortización de Mendizábal, pasaron a manos privadas. En la actualidad, algunas de ellas son propiedad de la Iglesia, otras de alguna entidad bancaria y el resto de particulares. La solución apuntada en alguna ocasión podría pasar por la expropiación y posterior rehabilitación. La iglesia de los Santos Juanes se ha beneficiado de distintas obras de rehabilitación desde la década de los años 90, pero las «covetes» quedaron siempre al margen. Desde el ayuntamiento se asegura que se procederá a su reparación y adecentamiento exterior a través de las contratas municipales de urbanismo y se pasará después la factura a los dueños.

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