El Abad de la Colegiata de Xátiva, Arturo Climent Bonafé, es autor de una colección de libros titulada «Cristianos que iluminan el mundo». Se trata de biografías de persona cercanas, a las que hemos conocido, tratado y nos han hecho mucho bien. Como el también Abad Pla que restauró el título de Colegiata en la segunda mitad del siglo XX. Del Papa Pablo VI que terminó el Concilio Vaticano II. Del Arzobispo Andrés Mayoral, el gran impulsor de la enseñanza por toda la Diócesis.

Y ahora nos regala una semblanza sobre el obispo valenciano monseñor Jesús Pla, en verdad un verdadero regalo para todos los que lo conocimos, como tantos de mi generación. En esta sencilla biografía nos muestra sobre todo la personalidad y el carácter recio de este trabajador de la viña del Señor en Valencia. Un hombre profundamente religioso, muy empeñado en su labor y que hacía trabajar a todos los que le rodeaban. Y el que puso en marcha todo el organigrama y renovación del concilio Vaticano II.

Si observamos los hechos más importantes de su ajetreada vida, vemos que nació en Agullent en 1905. Muy pronto fue secretario particular del arzobispo de Valencia don Prudencio Melo, cura de Genovés, director espiritual del seminario en Moncada, vicario general y después obispo auxiliar de Valencia.

Hasta que fue elegido obispo de Sigüenza-Guadalajara. Allí se dejó la piel trabajando en esta Iglesia castellana. Dos veces realizó la visita pastoral.

Como en Valencia, su gran preocupación fue el seminario, Y el patronato de Moncada, así como la compra del Colegio Claret en Xàtiva, que tanto ha promocionado la comarca. Sin olvidar la fundación de la Facultad de Teología de Valencia.

Como valencianos, hemos de agradecer haber contado con este gran obispo que tanto trabajó por Valencia.