Una nueva normativa ha permitido que los alquileres antiguos en locales comerciales puedan revisarse y ser actualizados, con lo que muchas empresas se han visto obligadas a llegar a acuerdos con los propietarios o incluso trasladarse a espacios menos caros. El brillante colega José Parrilla ha publicado un extenso comentario sobre lo ocurrido en el centro de Valencia, y más concretamente en la calle de la Paz, donde establecimientos señeros y tradicionales, como la «Unión Musical Española„Antes casa Dotesio» o las acuñaciones «Farinetti» han pasado a casas más próximas dado lo que suponía actualizar unos alquileres que llevaban pagando desde muchos decenios. Y la también acertada Hortensia García nos ha dado cuenta de que otro local más que centenario, «El Siglo», junto a la iglesia de Santa Catalina, cerrará en breve por el mismo motivo del alquiler.

Pero no ha sido solamente en el centro de la ciudad donde se ha registrado este tipo de traslados. Concretamente, hemos observado en algunos barrios que el problema se ha tenido que resolver sobre la marcha. Concretamente, hemos observado en Extramuros cómo tiendas que, si bien no tenían el rango como las apuntadas en la calle de la Paz, sí que en su barriada tenían la clientela que sabía dónde encontrarles. De manera que no se podían ir muy lejos, porque tenían que situarse a pocos metros del local anterior.

Hemos visto estos cambios en peluquerías, en floristerías, en tiendas de moda, en heladerías, en panaderías? No se podían ir muy lejos, pues la clientela ya está acostumbrada y necesitaba saber dónde sería atendida. Y como en las propias barriadas otras plantas bajas se habían quedado vacías y las alquilaban ya por precios reducidos „para no tenerlas cerradas„ porque se les han ido los inquilinos, pronto se ha visto rótulos que dicen: «Nos hemos trasladado al número? tal»; y el cliente de siempre sabe que a pocos pasos encuentra las mismas caras que les han atendido siempre y que les ofrecen aquello que buscan. Los dueños de los nuevos locales se han quedado también sin los inquilinos, y tienen que contratar aunque sea con alquileres rebajados.

Cierto que con los nuevos precios del mercado„-y más aún con la llegada del euro„ muchos alquileres de antaño se han quedado reducidos; y los comercios inquilinos pueden argumentar que llevan muchos años pagando; pero las nuevas normas oficiales han obligado a esta revisión, que ha motivado el trasiego de negocios en las distintas barriadas de Valencia. Y suponemos que en todas las ciudades españolas. A ello se ha juntado la actual crisis, que obliga a los dueños a alquilar como sea, para no mantener la persiana bajada.

¡Como que están los negocios para que les suban los gastos mensuales!