Con la llegada de la Navidad proliferan las cenas de empresa y las fiestas universitarias y, con ellas, los controles de tráfico. Como ya ocurrió la semana pasada, la Policía Local de Valencia desplegó una red de dispositivos de inspección de vehículos cercando toda la ciudad; en la noche del viernes, un total de 235 controles de alcoholemia se llevaron a cabo hasta bien entrada la madrugada.

Estos registros se saldaron con dos detenidos por superar la tasa de 0,50 gramos por litro en sangre. En ese caso, fueron llevados a comisaría y sus vehículos, requisados, según informaron a Levante-EMV fuentes de la Policía Local del cap i casal. Los conductores tendrán que pagar una sanción de 500 euros y sufrirán una pérdida de 6 puntos del carnet. Superar esta tasa está tipificado como delito contra la Seguridad Vial.

En los más de 230 controles realizados la noche del viernes, también se impuso sanciones administrativas a seis conductores por dar positivo en los controles de alcoholemia. Además, un conductor fue denunciado por los agentes por dar positivo en el test de consumo de estupefacientes.

La semana pasada, la Guardia Civil de Tráfico montó un operativo que cerró las salidas de la V-30 a lo largo de cinco kilómetros para impedir la salida de la ciudad hacia el área metropolitana de decenas de usuarios residentes en las localidades cercanas sin antes pasar por un dispositivo de control de tráfico.

Como viene siendo cada vez más habitual, los conductores avisaron por las redes sociales e internet de las localizaciones de estos controles, que se centraron en las zonas de Blasco Ibáñez, Primado Reig, plaza de Zaragoza y Gran Vía Marqués del Turia, que ya a la hora de cenar concentraba retenciones en ambos sentidos. El operativo de seguridad vial continuará hasta final de campaña navideña.