No hubo que lamentar heridos pero pudo ocurrir una catástrofe. En mayúsculas. Los peritos investigan ahora el motivo que originó que, el pasado día de Navidad, una de las once campanas del Micalet „la denominada «el Jaume»„ se desprendiera con el yugo incluido y cayera de pie sobre la plataforma de madera, a escasos metros de un grupo de visitantes que había acudido a ver el tradicional volteo manual de campanas. Los asistentes se quedaron de piedra, al igual que los tres campaneros que protagonizaban el volteo manual, que aún no se han repuesto del susto.

Nadie se explica lo que ha podido ocurrir. Fuentes del arzobispado de Valencia aseguraron ayer que las once campanas del Micalet (y sus correspondientes anclajes) han sido sometidas a restauraciones y son revisadas de forma habitual por los campaneros que se encargan de su accionamiento. «Por razones de mantenimiento y de seguridad, y hasta nuevo aviso, los volteos de campanas se realizarán a puerta cerrada», aseguró ayer el presidente de la asociación de Campaneros de la Catedral, Francesc Llop tras añadir que «hoy „por ayer„ diversos técnicos están valorando la reparación de los daños y la restauración de la campana». De hecho, la sala donde se encuentran las once campanas estaba ayer cerrada a cal y canto.

Ahora bien, saber qué ha podido ocurrir para que una campana de 1.750 kilos de peso se salga del eje parece algo inexplicable que ha sorprendido a propios y extraños. Y es que se rompió tanto el yugo de madera que va sujeto a la pared por varios rodamientos «a bola» como las asas de bronce que sirven para sujetar la campana y hacerla «voltear». Algo que no había pasado nunca.

Según expertos consultados por Levante-EMV han podido ocurrir dos cosas: o el sistema de sujeción contaba con deficiencias o la campana en cuestión se «volteó» a más velocidad de la que correspondía. De hecho, Vicent Mesa, integrante y fundador de la asociación «Mestres Campaners» apuntó a la segunda opción tras recalcar, eso sí, que se trata «de una hipótesis».

Más rápido de lo debido

«En ocasiones, cuando la cuerda está muy cerca del eje de rotación se puede 'engorronar'. Así es como nosotros llamamos a la situación que se produce cuando la cuerda entra en el eje de la campana, lo que produce que ésta se pare en seco. Por lo que he visto y he escuchado, yo diría que es posible que, al haberla llevado más rápido de los que correspondía, se haya 'engorronado'. De esta forma, al situarse la cuerda entre el eje y el muro... al tener tanto peso la campana y alcanzar más velocidad de la deseada... la pieza se haya salido del sitio. La fuerza que alcanzan las campanas en el volteo es increíble por eso creo que un aumento en la velocidad podría haber sido el detonante. Pero, repito, es solo una hipótesis», explicó ayer Vicent Mesa.

Ahora bien, el «mestre campaner» Vicent Mesa lamentó lo ocurrido. «En la Guerra Civil desapareció el 80% de las campanas de la ciudad ya que se fundieron para realizar material bélico. Sin embargo, las del Micalet se salvaron. Lo que no ocurrió en el 36 ha tenido que ocurrir ahora. Un patrimonio tan importante como éste debe estar en manos responsables», apuntó Mesa.

Y es que la asociación «Mestres campaners» recorre la geografía valenciana para mantener el «volteo manual» de campanas y, de paso, realiza el mantenimiento de los campanarios. Concierto y revisión de las instalaciones, gratis. «Cuando nosotros vamos a tocar siempre revisamos los sistemas de sujeción y toda la instalación del campanario. Por seguridad. El riesgo es real... mira si no lo que acaba de pasar en la misma Catedral de Valencia. Y no sería la primera vez que vamos a tocar a algún sitio y le decimos al párroco que llame a la empresa pertinente o retire una campana determinada que debe ser restaurada», explicó ayer Mesa, «campaner» de la iglesia de San Valero durante más de 20 años, entre otras.