Los bomberos de Valencia han cerrado la calle Salinas, perpendicular a la calle Caballeros, tras los desprendimientos registrados en un tramo de la histórica muralla árabe. Al parecer, los técnicos del Servicio de Disciplina Urbanística están analizando la situación y tras sus conclusiones será el servicio de Patrimonio de la Concejalía de Cultura el que decida qué hacer con este retal de la historia de Valencia.

El paño de la muralla islámica del que estamos hablando tiene apenas seis metros de extensión y un grosor próximo a los dos, pero está completamente aislado, sin construcciones alrededor, y bastante deteriorado. El abandono es tal que en la parte superior le había crecido un arbusto, que fue el que precisamente se cayó el pasado domingo por efecto del viento arrastrando piedras y argamasa de la propia muralla. Afortunadamente, no hubo daños materiales ni personales. Todo lo que quedó fue el arbusto y los cascotes diseminados en medio de la calle.

Según explicaron los vecinos, la situación de este tramo de muralla había sido denunciada en varias ocasiones ante los servicios municipales. Se había denunciado concretamente el crecimiento de un arbusto en la parte superior, pues entendían, además de la mala imagen que da de este muro histórico, que era un peligro para las personas.

Nada se hizo, sin embargo, en todo este tiempo. Ha sido, dicen, el viento el que ha puesto de relieve el problema y seguramente obligará a tomar decisiones al respecto.

Nada más producirse la caída del árbol, los bomberos procedieron al saneamiento de la pared y acordonaron con vallas metálicas toda la parte frontal para evitar que la gente pase cerca del muro. Pero además, han decidido cortar el paso de la calle a vehículos y personas. Sólo los residentes tienen acceso peatonal.

Ante esta situación de emergencia para los vecinos, la Concejalía de Urbanismo ha encargado al Servicio de Disciplina Urbanística que analice la situación y haga un informe al respecto. Luego será la Concejalía de Cultura la que decida qué se hace con este tramo de muralla.

Los vecinos creen que debería aprovecharse el momento para hacer una intervención completa y además hacerla lo antes posible, pues la calle está cortada y el peligro no ha pasado. Es más, creen que deberían revisarse todos los tramos de muralla árabe que quedan en la ciudad, pues se trata de un bien protegido para el que no hay uniformidad de criterios.

Hay tramos que están en edificios de viviendas, en locales públicos o en monumentos históricos, como es el caso del Palacio del Temple, donde se descubrió, durante las obras de rehabilitación, un amplio tramo de muralla que obligó a paralizar a inmediato todos los trabajos. Por cierto, paralizados siguen.