Valencia empezará el año 2015 siendo una de las ciudades más endeudadas de España en 809 millones de euros. Empezaremos con más deuda que presupuesto. Sin embargo, la alcaldesa Rita Barberá defendió sus presupuestos para 2015 alegando que son «consecuencia de una gestión austera, responsable y equilibrada» y que el de Valencia es «un Ayuntamiento saneado». Pero nuestro ayuntamiento es uno de los 2.500, del total de 8.116 que hay en nuestro país, que tiene un plan de ajuste para pagar la deuda con proveedores. La mala gestión tiene consecuencias, y en este caso, dicho ajuste ha supuesto 71 millones de euros del bolsillo de los valencianos para tapar el despilfarro de la señora Barberá durante años.

Somos la última, de las 10 capitales de España, en inversión por habitante. Es decir, ni austeridad, ni responsabilidad, ni equilibrio y mucho menos saneada.

Además, las prioridades del PP para 2015, no son ni el empleo, ni las ayudas sociales, ni la inversión, y lamentablemente, tampoco la limpieza de la ciudad. En fomento del empleo suben el presupuesto un 0,15%, cuando esta ciudad ha llegado a tener casi 100.000 parados.

Los valencianos tenemos otras prioridades, porque necesitamos más trabajo, más inversión, una ciudad más limpia y más ayudas para afrontar la crisis. Por eso, los socialistas propusimos duplicar lo dedicado a fomentar el empleo; además de 6 millones más para inversiones en rehabilitar viviendas, en vez de destruirlas como hace el PP en el Cabanyal, y en servicios para los vecinos.

La misma cantidad se propuso para mejorar el mantenimiento de la ciudad, porque Valencia está sucia, y algo más se debe hacer para mejorar la limpieza; ya que la subida del PP ha sido tan mínima, que no compensa la caída desde 2009 de 27 millones de euros.

También propusimos más recursos al bienestar social, en ayudas para que ningún valenciano se quede por el camino y haya igualdad de oportunidades.

Más inversión y menos destrucción. Más oportunidades para Valencia y los valencianos.

Una vez más les propusimos al PP, unos impuestos más fáciles de pagar, más justos y más útiles para fomentar una actividad económica sostenible y el empleo. Propusimos, entre otras, que los ciudadanos reciban un documento con todos los impuestos y que puedan pagarlos mensualmente; además de bajar el impuesto de obras para fomentar la rehabilitación.

Los socialista propusimos una vez más, y el PP rechazó todo, una vez más. Estas son nuestras prioridades, y si no les gusta, lo lamento pero no tenemos otras.