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Población

Envejecimiento, analfabetismo y rentas bajas lastran al Marítimo

Cabanyal, Natzaret y el Grao superan entre tres y cinco puntos la media de población extranjera

Envejecimiento, analfabetismo y rentas bajas lastran al Marítimo

La regeneración urbanística alumbrada por los grandes eventos deportivos (Copa del América y F1) en el frente marítimo se ha concentrado en la dársena interior y, contrariamente a lo cabría haber esperado tras una inversión pública cercana a los 400 millones de euros, no ha supuesto una mejora de las condiciones de vida de los vecinos de los barrios del Marítimo (Malva-rosa, el Cabanyal-Canyamelar, Beteró, el Grau y Natzaret). Así lo asegura la catedrática de antropología social de la Universitat de València Josepa Cucó en una investigación titulada «Periferias Urbanas» que se dio a conocer el pasado mes de septiembre en el XIII Congreso de Antropología organizado en Tarragona.

Rentas bajas, envejecimiento poblacional, elevados niveles de población inmigrante y bajos niveles de formación. Estos son los indicadores principales de los barrios del Marítimo. Caldo de cultivo de la precariedad y la marginación. El índice de envejecimiento en la ciudad se sitúa en el 18,2%, mientras que en el Cabanyal y Natzaret sube hasta el 20,9% y del 22,9%, respectivamente.

Los porcentajes de inmigrantes se sitúan en un 17,1 % en el Cabanyal, un 19,3% en Natzaret y un 20,5% en el Grao lo que supone que estos barrios superan entre tres y cinco puntos la media de la ciudad de población extranjera. La inserción de estos nuevos vecinos y vecinas no ha hecho sino agravar la situación de unos barrios que ya presentaban antes insuficiencias importantes en equipamientos, servicios públicos y, en algunos casos, de accesibilidad, advierte Cucó.

En cuanto al nivel de estudios de la población, estos barrios sobresalen, por un lado, por unos porcentajes relativamente elevados de personas analfabetas y sin estudios que contrastan con la media del conjunto de la ciudad (1,8%), a la que superan entre 1 y 4 puntos. La diferencia se hace más acusada en el Cabanyal y, sobre todo, en Natzaret.

Por otro lado, destaca la escasa población con estudios superiores, que es inferior a la media de la ciudad (19,3%) en todos y cada uno de sus barrios, especialmente en el Cabanyal (9,5%), Malva-rosa (7,0%) y Natzaret (4,3%).

«Todos estos son indicadores que acrecientan aún más la vulnerabilidad de estos barrios y generan un notable malestar vecinal, que en el caso de Natzaret se agudiza por los problemas de ruido, contaminación y la fetidez procedentes del antiguo cauce del río y de la incesante actividad portuaria que se despliega en el colindante acceso sur del puerto, del que sólo le separa un elevado y larguísimo muro», señala Cucó.

«El impacto conjunto de los megaproyectos urbanísticos y deportivos y de un siempre inacabado proceso de extensión del puerto, ha engendrado una estela de desaguisados urbanísticos que, unidos a los crecientes procesos de precarización y vulnerabilidad por la falta de vivienda digna, equipamientos adecuados y una movilidad eficiente inciden en la construcción de espacios estigmatizados por la inseguridad y el miedo, advierte la antropóloga.

Los vecinos y vecinas de estos barrios, pese a todo, no han renunciado a su capacidad de ejercer su «derecho a la ciudad». Así se reavivan asociaciones de vecinos y montan plataformas ciudadanas que se coaligan entre sí para batallar contra las acciones e inacciones del gobierno municipal, entre las más beligerantes Salvem el Cabanyal, contraria a la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, y la Asociación de Vecinos de Natzaret, que reivindica la mejora de las condiciones del barrio, que en los años 70 del siglo pasado perdió su playa por la ampliación del puerto y que ahora se ve amenazado de nuevo por la construcción de nuevos viales, cinco rotondas y un paso elevado para servicio del puerto.

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