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CEIP Doctor López Rosat

El "a-e-i-o-u" de la escuela pública

Aprendizaje cooperativo, innovación, estímulo de la creatividad e implicación de las familias son los ejes del colegio López Rosat de Tres Forques

Alumnos de la clase de 5º de Primaria de la línea en valenciano trabajando de forma cooperativa en la historia encadenada «mensaje en una botella». Ceip lópez rosat

El Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Doctor López Rosat es una escuela activa gracias a la «implicación y el compromiso de sus docentes», apunta el director de esta escuela del barrio de Tres Forques, Ciro Ballester. También «especial porque siempre buscamos ese algo más», añade. Así, han convencido al ayuntamiento para que pinte sus pasillos y clases de colores diferentes con el fin de dar una imagen más acogedora a un edificio construido hace 43 años.

Para este colegio, enclavado en el cruce de Tres Forques con Archiduque Carlos junto al Parque de Aviación, la innovación es un modo de vida. En este sentido destacan sus apuestas por el aprendizaje cooperativo y por convertir el centro en «un gran taller creativo».

Una de sus iniciativas más rompedoras es el proyecto de audiovisuales La ciudad está llena de pantallas, en el que realizan películas de animación con muñecos de plastilina mediante la técnica de stop motion. Una actividad que le ha reportado repercusión internacional, pues el Gobierno de Austria ha premiado una de sus producciones.

Esta formación audiovisual será clave en diseño de su nuevo plan de convivencia. Así, a través de una película (¿Com podem fer una escola millor?), maestros, alumnos, padres y antiguos estudiantes planificarán el colegio que quieren. «Las experiencias innovadoras nos sirven para que la renovación del plan de convivencia no sea simplemente burocrática y llegue a los chavales y las familias», dice el director.

Hacer comunidad escolar

Desde hace más de una década el colegio también elige un tema central para cada curso con el fin de trabajar la educación en valores y hacer comunidad escolar. Así, toda la vida y actividades del centro „fallas, carnavales, excursiones ... „ giran alrededor de un mismo eje, que este año es la historia de la Humanidad.

Otra seña de identidad del López Rosat es su falla escolar, que con una altura de más de 7 metros es la más alta de todos los colegios de la ciudad. Y es que para este centro, la falla «es algo más». «Es una actividad plástica „ subraya Ciro„ hecha entre todos, en la que se implican niños y familias y es interesante porque es de las pocas cosas que podemos hacer todos juntos desde Infantil hasta 6º de Primaria».

La «o» de obert, además de recordar que atesoran la única línea de enseñanza en valenciano de las cinco escuelas „cuatro públicas y una concertada„ que jalonan la calle Músico Ayllón, significa que son un «centro abierto a las familias, que quiere que los padres se sientan como en casa», señala Ballester. Con ello han logrado que más de 60 padres se inscriban en las comisiones de participación del Ampa (biblioteca, banco de libros, web...). «La educación no se concibe sin la fusión de familias y profesores», asegura el director.

El aprendizaje cooperativo ilusiona a los alumnos de quinto de la línea en valenciano, cuya tutora es Marisa Sospedra. Los niños trabajan en grupos de 4 y 5 de chicos y chicas mezclados, «lo que ha permitido mejorar la convivencia y la integración de los alumnos», detalla Sospedra. A esto ha contribuido que cada alumno escriba en un panel lo que le gusta de sus compañeros, lo que sirve para reforzar su autoestima.

Autonomía y autoestima

Una de las alumnas, Lluna Mar Pastor, cuenta que en los exámenes no les separan, «intentamos no copiarnos, pues si estudiamos las cosas salen bien». De este aprendizaje cooperativo les gustan los dictados por parejas, apunta Marcos Soler, otro de los alumnos. Entre ellos se cambian las libretas pero no tachan los errores de su compañero, sino le indican «que se fije en una palabra» pues lo importante es la autocorrección. «Trabajamos mucho la autonomía y la autoestima», incide la tutora.

Trabajan la lectoescritura con historias encadenadas, como el «mensaje en una botella», en el que un alumno continúa el relato de otro, también mediante el blog en internet de la clase o con cartas al director para mejorar la escuela. En este sentido, Miquel Giner, otro alumno, está contento por que la conselleria les ha prometido retirar este curso el amianto del techo del gimnasio y de las pérgolas del patio. «Cuando quiten el amianto haremos una fiesta, traeremos picaeta de casa y pondremos la música a tope». Seguro que bailarán «La Gamba», la versión libre que ha hecho la clase de La Bamba.

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