Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entre acequias

Los agricultores que llegan

Los productores ecológicos se abren paso en l´Horta y apuestan por la venta directa en los mercados

Enric Navarro ayer recolectando hinojo en un campo arrendado en Alboraia. josé aleixandre

«Vivir de la agricultura es posible trabajando bien y con profesionalidad». Asegura sin asomo de duda Enric Navarro, un joven agricultor valenciano que lleva diez años dedicado a la producción ecológica, un mercado muy consolidado en Europa que también gana peso en Madrid, Barcelona y País Vasco. Navarro, cuya familia perdió en 2001 las tierras de cultivo y la alquería que tenían en Benicalap y en cuyos terrenos se levanta hoy el esqueleto del futuro estadio del Valencia, representa a una nueva generación de agricultores valencianos comprometidos con la pervivencia de la huerta, un paisaje que además de un medio de vida «es parte de la cultura de los valencianos».

Cuando acabó la carrera de ingeniero agrónomo se fue a trabajar a Andalucía para una multinacional de productos ecológicos. Coincidiendo con la expropiación de la alquería familiar de Benicalap, regresó a Valencia y decidió quedarse y apostar por la huerta. Durante unos años, este entusiasta agricultor de 42 años, combinó la docencia en la Escuela de Capataces de Catarroja con la agricultura, pero desde hace unos años se dedica por completo a esta última actividad.

Enric Navarro tiene arrendadas tres hectáreas de huerta en Alboraia, donde cultiva hinojo (un producto muy demandado en países como Italia), diversas variedades de coles y chufa, entre otros cultivos. Junto con una docena más de productores ha creó hace unos años la empresa Terra i Xufa que se dedica a la producción y comercialización de productos ecológicos. El 50% de lo que cultivan se va al mercado Europeo y el resto se queda en España. Lo que nos gustaría es que lo que producimos aquí se quedara en Valencia y por eso hace unos años pusimos en marcha un puesto de venta en el mercado de Russafa.

Las ventas en este punto de comercialización directa productor-consumidor suponen el 5% de la facturación de estos agricultores, que reclaman que los mercados municipales, muchos de ellos de capa caída, se abran a los productores para poder hacer llegar la producción local al consumidor valenciano a unos precios asequibles.

Enric Navarro asegura, por su experiencia como docente, que en la agricultura hay relevo generacional. «Hay mucha gente joven que quiere dedicarse a este oficio».

«Sin una gran inversión y arrendando tierras puede ser un medio de vida y además estamos defendiendo lo nuestro, el problema es que la Administración no da apoyo», asegura este joven agricultor. Murcia, Almería o Girona están ganando la mano a Valencia, con iniciativas como los parques agrarios. Enric Navarro, miembro activo de Per l´Horta, asegura que la ciudad se tiene que replantear el modelo de desarrollo actual basado en crecer a costa de la recalificación de huerta. El lo tiene claro, la ciudad debe cerrarse con un cinturón verde de huertos urbanos y huerta productiva y no con un cinturón de centos comerciales.

Reencuentro en los huertos urbanos

«Los huertos urbanos me parecen una idea muy buena para formentar la relación de la gente de la ciudad con la huerta tradicional», asegura Enric Navarro, que está convencido de que la huerta y la ciudad pueden recuperar el equilibrio perdido. «La huerta no solo proporciona a Valencia un paisaje especial y único, también alimentos», apunta este joven agricultor, descendiente de agricultores. El PAI de Ademuz supuso la desaparición de la alquería de su familia (por la que recibieron 66.000 euros) pero «la cultura agraria» heredada de sus antepasados «sigue viva».

Compartir el artículo

stats