Mientras los vecinos de Campanar elaboraban un plan de acción para recuperar, revitalizar y promocionar la Partida de Dalt, la última zona de huerta del barrio, el ayuntamiento revisaba el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y continuaba con la idea de recalificar 382.000 metros cuadrados de la misma zona agraria que defienden los vecinos. Por ello, a las alegaciones que presentará la asociación de vecinos de Campanar al PGOU se suma la entrega del proyecto que han realizado con la participación de los agricultores que cultivan la huerta en la actualidad, los residentes de la zona, entidades interesadas en promocionar la zona como un espacio de ocio y deporte (asociaciones de runners, clubes de atletismo o entidades que fomentan el uso de la bicicleta) así como aquellos agentes relacionados con el ámbito patrimonial, como el Museo de Etnología o la Fundació Assut. Y es que la participación ciudadana ha sido clave en la elaboración del plan de acción en la Partida de Dalt.

La asociación de vecinos de Campanar presentó ayer el proyecto con dos ideas claras: la recalificación de la huerta es «innecesaria» y la actuación que ellos plantean tiene un coste muy bajo para el ayuntamiento y sin embargo, supone «una alta rentabilidad ambiental, social y económica».

El plan de acción para la Partida de Dalt se centra en tres líneas estratégicas: mejorar la agricultura local, rehabilitar y poner en valor los bienes patrimoniales y divulgar los valores de la zona. Ahora bien, el proyecto concreta tres iniciativas en este sistema de huerta periurbana. En primer lugar destaca la realización de una ruta que representa un recorrido interactivo para dar a conocer la historia, la problemática y la relación que tiene la Partida de Dalt con la ciudad. «La intención es captar el flujo de gente que pasa por el río Turia y añadirlo a la Partida de Dalt», explicó ayer el presidente de la asociación de vecinos, Pep Benlloch. Esta ruta implicaría un paseo didáctico por los campos de cultivo, gracias a la implantación de una serie de códigos QR. De esta forma, «las fichas explicativas informarían sobre los procesos de cultivo o la descripción de los monumentos históricos, entre otros», añadieron desde la entidad vecinal.

Pero ahí no acaba la cosa. Para defender una seña de identidad, una «etiqueta» que marque la diferencia de esta zona de huerta, el plan de acción propone generar una Denominación de Origen para los productos de esta zona agraria. «Así se consolida la identidad de los productos del barrio, aportando, además, un sello de calidad. Por último, el proyecto plantea firmar una serie de convenios con entidades como Horta Viva o la Federación Valenciana de Ciclismo.