Bicicletas, corredores, patinadores, paseantes, excursionistas... La Devesa de la Albufera está saturada. La conservación de esta franja de bosque entre el Mediterráneo y l'Albufera está amenazada por la afluencia de miles de visitantes a diario y muy especialmente los fines de semana. Tanto, que el Ayuntamiento de Valencia se plantea elaborar una ordenanza para regular este tipo de actividades más allá aún de lo que lo hace el plan de usos del parque natural.

La Devesa tiene aproximadamente 800 metros de ancha y unos 10 kilómetros de larga, formando un ecosistema muy delicado a caballo entre el mar y la marjal. Su conservación, por tanto, ha sido uno de los grandes objetivos del ayuntamiento y del resto de las administraciones, que lo declararon Parque Natural junto con l'Albufera en el año 1986.

En el último lustro, sin embargo, también como consecuencia de su promoción y de la construcción de rutas turísticas y deportivas (carril bici esencialmente), la afluencia de visitantes se ha incrementado muy notablemente. «Me dicen los guardas que por el lago artificial pueden pasar trescientas personas en una tarde», cuenta el concejal Vicente Aleixandre, que asegura que «se hace de noche y sigue habiendo gente».

Ocurre, además, que gran parte de los visitantes son deportistas que van en bicicleta, patines, monopatines y otros utensilios que causan destrozos en las calzadas y además tienen un impacto muy fuerte sobre el ecosistema. En definitiva, «vemos que puede haber riesgo para la conservación del parque», asegura el concejal.

Prohibiciones

Es el momento, por tanto, de tomar medidas para controlar esta saturación y preservar el medio. Y para ello se baraja la posibilidad „«lo tenemos en estudio», precisa Aleixandre„ de elaborar una ordenanza que regule la ocupación del parque y rebaje el impacto de las actividades que le son consustanciales.

Será necesario acotar las rutas para las bicicletas y los corredores, prohibir el uso de patines y tablas en todo el parque (esto ya lo hace el Plan de Usos de l'Albufera), establecer horarios, cerrar determinadas zonas y, en general, garantizar la protección del medio ambiente.

Es más, habrá que regular, según Vicente Aleixandre, la ocupación de la playa con puestos de venta ambulante, una actividad ilegal que se da sobre todo en los meses de verano. «Llega una furgoneta, levanta las puertas y vende de todo, una cosa que está prohibida y que hay que regular claramente para que no haya problemas», relata. Ésta es una de las irregularidades, pero hay más, precisa.

Junto a la capital

Hay que tener en cuenta que el Parque Natural de la Devesa-Albufera es el gran pulmón verde de Valencia y, por su cercanía „apenas 10 kilómetros al sur de la ciudad„, uno de los lugares de esparcimiento favorito de los valencianos. Está también en una zona muy poblada, con varias pedanías e importantes zonas turísticas en las proximidades.

En los últimos años, para terminar, se ha hecho una promoción muy intensa de sus atractivos y se ha potenciado su uso con la puesta en servicio de carriles bici e itinerarios que muestran, de una manera selectiva, sus valores naturales y patrimoniales.

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