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Entrevista | Manuel Aires Mateus

"La crisis hará migrar a la arquitectura a valores más reales"

El arquitecto portugués defiende la necesidad de transformar la ciudad «como centro de la vida»

"La crisis hará migrar a la arquitectura a valores más reales"

¿Qué ha enseñado la crisis económica a los arquitectos?

Hemos pasado todos momentos muy difíciles. Hay un problema social muy duro, muy complicado. No podemos decir que no ha existido, tenemos que incorporarla de alguna manera. Pero una cosa «buena» que podemos sacar de la crisis es un cambio para temas más reales del arquitecto. La gente se recuperará de esta crisis, como se recupera de todas. Pero se recuperará con una consciencia distinta y con ambiciones distintas para la vida. Y esto también tiene una traducción para la arquitectura, ya que los valores de la arquitectura se convertirán y migrarán para valores más reales, más conectados con la vida y menos con la imagen, los artificios, el show, con lo que se quiere de la arquitectura por parte de los políticos...

En su conferencia ha sugerido que ha habido una crisis creativa más que económica...

Creo que la crisis económica metió en evidencia una crisis creativa. Porque nos quedamos sin referencias. Muchas veces, realmente no resolvemos los problemas de las ciudades o de la vida de las personas. Por ejemplo, en Lisboa durante años hemos hablado de recuperación urbana, de renovación... Nunca se ha hecho. Con la crisis es lo único que se hace, porque hay una medida más justa de la inversión. No hablo sólo de plata, hablo de medios, energía... Hay un sentimiento de que la gente migró para temas correctos, más ciertos... La gente va a usar las ciudades de un modo distinto, ya no usa tanto el coche, se mueve más a pie. La crisis se pensó como un tema de plata, pero se migró a cosas más reales con la vida, de un modo distinto de mirar la vida.

Aunque usted ya había hecho de la sencillez su estilo.

Creo que la sencillez, muchas veces, es opulenta. En cada proyecto hay una dimensión que tiene sólo el proyecto. Mis temas preferidos son las cosas pequeñas. Pero también hago lo grande. Y creo que del mismo modo que no tenemos que hacerlo sencillo tenemos que saber donde están los lugares de los otros valores. Pero el problema es que hay lugar para todos y no hay sólo para estas cosas más efervescentes. Las ciudades se estaban convirtiendo en una cosa efervescente, cada tema era un tema central... ¿Cómo? La ciudad está hecha de cosas banales. Creo que la arquitectura tiene que replantearse en ese sentido, mirar realmente, centrar la arquitectura o el uso o la fuerza de la arquitectura en el tema de la vida. Cuando hablamos de arquitectura hablamos de vida, de los que van a habitarla, de los que van a mirarla. Hablamos de vida porque la arquitectura es como un arte, una base para la vida, la usamos de una forma muy directa. La usamos realmente. Yo creo que la arquitectura tiene que mirarse a ese objetivo muy claro...

¿Y ser didáctica, como le pidió el imán? ¿Cree que un edificio puede educar a las personas?

Creo que sí. La exposición de la gente a la arquitectura, a los buenos espacios de la casa y de lo urbano son fundamentales. La idea de volvernos a transformar la ciudad, el espacio de la ciudad en el centro de la vida me parece muy interesante. Es esta idea de que volvemos a lo más democrático o a lo más colectivo como centro de la vida que es el espacio urbano. Y volver a esta idea, por ejemplo, que es a lo que se está volviendo ahora en Lisboa, que es la recuperación del espacio urbano. Porque ese espacio urbano es un espacio de todos, es lo que tenemos más democrático, lo que junta a más gente, une más a las personas. Y creo que eso también es una motivación en el sentido del verdadero valor de la ciudad. La ciudad antes crecía, se construía mucho en extensión y en grandes obras e infraestructuras. Y en la postcrisis se centra mucho más en la recuperación, la reutilización de lo que existe. Y creo que es muy positivo la vivencia, la necesidad que tenemos de mayor integración de todos en la ciudad...

¿Por qué siempre usa materiales claros? Es muy mediterráneo...

Hay muchas causas por las que usamos muchas veces el blanco. Hay un lado práctico, constructivo, porque es lo que podemos construir desde el punto de vista de la plata. También por cuestiones técnicas porque es lo que refleja más la luz, porque lo que dibuja bien los espacios tiene una forma tradicional... También hay temas culturales. En nuestra cultura el blanco tiene un significado y el negro otro. Nosotros no trabajamos sólo con la realidad sino también con la percepción cultural de las cosas y entonces esa es una cosa importante porque la percepción cultural es la llave de entrada de lo que miramos. La realidad se construye también con la cultura que tenemos de parte. Pero ahora estamos intentado tener experiencias con muchos materiales distintos, desde ladrillo, a hormigón, madera, piedra, morteros blancos, porque también experimentar me interesa. Pero es verdad que muchas veces por motivos prácticos, culturales y económicos terminamos haciendo cosas en estos blancos, porque es muy monomaterial. Porque es el tema de la monomateria el que me interesa. Cuando hablamos de monomaterialidad, como no nos perdemos con diálogos entre materiales, la especialidad se queda central. Y eso es un tema que me interesa. No es tanto decir que me interesa este material, sino lo que me interesa es la monomaterialidad.

Amueblar sus casas sería como profanarlas... No necesitan cuadros o artificios para llenar ese espacio...

Sí, pero a mí me gusta visitar las casas... Como tardas tanto en hacer una casa al final ya te quedas amigo de la familia. Es un tema que me gusta, porque la gente me sorprende, lo hace incluso mal...

Por eso comenzaron a sugerir posibles decoraciones con renders...

Sí, hay familias que lo hacen un poco mal porque no tienen ni idea de cómo terminar, cómo meter un par de sofas en una casa. Pero a mí me interesa el modo cómo la gente se apropia de una casa... Porque es como una lectura distinta de una casa. Lo que me parece más divertido es que las casas parecen muy difíciles de usar cuando las miras, pero la verdad es que son muy fáciles de usar. Tienes como la sensación de los pabellones antiguos, cuando miras y piensas... ¡Ay que voy a habitar un pabellón antiguo! Sabes que es muy fácil de arreglar, como una casa antigua. Es como una casa Pombalina de Lisboa, es muy fácil te metes ahí y metes tres cosas y funciona siempre. Puedes cambiar todo, que funciona de la misma forma. Esa es un poco la visión que tenemos para nuestras casas. Que puedas poner cosas distintas y sean muy fáciles de usar. No hay cosas impositivas, tienes el espacio esperando, que luego lo colonizas, lo reformas... La arquitectura se queda como un instrumento que luego se va a transformar.

Su arquitectura tampoco es invasiva, es camaleónica, se funde con el territorio...

Sí. Eso nos interesa. Es como dejar una cosa suspensa para luego vivir, ocupar, usar. Como las casas Pombalinas, tras el terremoto de Lisboa. Son casas donde tienes siempre los pasos claros, pero tampoco sabes si este es tu dormitorio o el comedor, la cocina y los baños saben lo que son, pero tienes la sensación de que puedes cambiar todo. De que cada día puedes cambiar la casa y es lo que me interesa. Son como espacios esperando su uso y desde el uso lo dibujas, lo redefines. Este es un concepto que, como idea, me interesa mucho en la arquitectura.

También resulta interesante su opción por respetar la historia, no llegar y derribar todo y... Aquí dejo mi huella...

Sí, ese es el problema del siglo XX y XXI. En el templo se usaba siempre una medida más justa porque los medios eran cortos, eran pequeños... Es una cosa bonita lo que tenemos en España y en Lisboa del templo prerrománico, al románico, al medievo, el barroco... Y realmente cuando llegas al final tienes todo ahí. Ustedes tienen el retablo barroco, la ventana gótica... Y esta todo junto. El problema del siglo XX y XXI es que tienes una potencia distinta y puedes arrasar todo, arrasar incluso la forma territorio y meterlo todo nuevo. Creo que es una pérdida... En la casa que he explicado en la conferencia el propietario me decía: «Hazme una nueva». Yo le respondía: «No, hay que conservar la memoria de todo lo que ha sido esto». Porque eso también es una cosa que me interesa, me parece que la arquitectura tiene que leer más... Claro que hacemos cosas nuevas, pero me interesa también, incluso cuando se hacen las nuevas, que se integre... Cuando dibujas una cosa debes pensar que dibujas todas las cosas que hay alrededor. Porque las redibujas de una forma, creas unas relaciones distintas. Estás siempre conectado con el tiempo y con la realidad, y estas haciendo siempre relaciones del tiempo, de las cosas con otras y eso me parece muy importante.

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