La Concejalía de Deportes ha sacado a concurso la parte de hostelería de Piscina Valencia para un periodo de 20 años y con un canon anual de 150.000 euros. Se completa así el proceso de reasignación de este complejo municipal, pues la parte deportiva ya salió a licitación y esta semana termina el plazo de presentación de ofertas.

Piscina Valencia ha sido gestionada durante cerca de dos décadas por la familia Barrachina, aunque las deudas con el Ayuntamiento de Valencia, superiores a los 300.000 euros, obligaron al consistorio a retirarles la concesión y poner en marcha un nuevo concurso.

Ese concurso, no obstante, se ha dividido en dos partes. Por un lado a ha salido la parte deportiva, es decir, las instalaciones de la piscina, y por otro la parte de hostelería: los salones Alameda Palace y el restaurante Les Graelles.

El primero está ya en marcha y tiene como ejes la ejecución de obras de reforma por 3,1 millones de euros, una concesión a 50 años y un canon del 1% de los ingresos.

El segundo pliego, el de hostelería, se publicó ayer en el Boletín Oficial de la Provincia y las bases son una concesión a 20 años con un canon anual de 150.000 euros.

Según explicó el concejal de Deportes, Cristóbal Grau, también en este caso es posible que haya que hacer obras de mejora que formarán parte de las ofertas.

En ambos casos, finalmente, se considerará falta grave no contratar a la plantilla que prestaba servicio en ambas dependencias antes de su cierre el verano pasado, trabajadores que pasaron por un ERE de extinción y se quedaron en la calle. Son unos 40 en total.

Precisamente, estos trabajadores han expresado sus quejas por la forma en que se está llevando a cabo el proceso de licitación en lo referente a la plantilla y el tratamiento de la familia Barrachina. Los empleados de Piscina Valencia han lamentado y denunciado el hecho de que su contratación por la próxima adjudicataria no sea una obligación. Aseguran que únicamente se valorará este hecho, lo que los sigue dejando en el aire.

Por su parte, los del sector de hostelería han denunciado en escritos a los grupos políticos de la oposición que el ayuntamiento contrate ahora servicios de cátering con una empresa para la que trabajan los Barrachina, culpables, dicen, de esta situación.