La alcaldesa de Valencia bordeó ayer los límites de la ley Electoral que prohíbe las inauguraciones en periodo electoral. La regidora visitó la remodelación del jardín de la plaza Santiago Suárez, donde se dio un baño de multitudes con el eco de fondo del «caloret», y la nueva zona verde creada, a pocos metros del primer jardín, en la plaza Escultor Frechina (L'Hort de Senabre), en un solar que durante años ha funcionado como aparcamiento. Allí la comitiva de la alcaldesa fue recibida con pitos, abucheos y gritos de «casta» y «menos inauguraciones y más empleo» por un grupo de vecinos. La policía local tuvo que intervenir para aplacar los ánimos, mientras los trabajadores de Parques y Jardines repartían macetitas de petunias entre los asistentes. h. g. valencia