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Los cuatro libros del Camino del Grial

En la vitrina del Almudí dedicada a los libros no aparece ningún ejemplar de los tres títulos que se han publicado hasta ahora sobre esta trayecto geográfico

Los cuatro libros del Camino del Grial

El Almudín de Valencia acoge la mayor exposición nunca realizada sobre el Santo Cáliz bajo el título «Los Caminos del Grial». Curiosamente en su vitrina dedicada a los libros no aparece ningún ejemplar de los tres títulos que se han publicado hasta ahora sobre esta trayecto geográfico. En realidad, la exposición no se centra en los itinerarios que puedan diseñarse entorno a la copa, sino en su esplendor pictórico y artístico a través de los tiempos. Parece enfocarse más al pasado que al futuro.

Sin embargo, el título no es casual. José Hinojosa, el comisario, o quien lo decidiera en el ayuntamiento buscaba reforzar esa idea del «Camino del Santo Grial» cuya primera mención histórica es del 20 de octubre de 2001 en las páginas de Levante-EMV.

Los tres libros marginados son muy interesantes. El primero es «El Camino del Santo Grial: desde el monasterio de San Juan de la Peña hasta la Catedral de Valencia» de 2003. Lo publicó «Carena editors», la empresa de Marcos Zacarés que ahora lidera Quique Olmos. Al mismo tiempo la zaragozana editorial «Delsan» lanzó una edición hermana pero diferente. Era un itinerario pueblo por pueblo describiendo sus bellezas y lugares de atención en 260 páginas. Como lo redactó quien esto suscribe no añadiremos ningún comentario que siempre resultaría parcial.

El año siguiente, 2004, Paco Climent presentó «El Camino del Santo Cáliz: De Jaca a Valencia, caminando». La principal aportación de este volumen era la concreción específica de los senderos y caminos necesarios para recorrer el trayecto sin subirse a ningún vehículo, como los genuinos peregrinos medievales.

Cabe advertir que en tiempos del Medioevo nunca existió un «Camino del Santo Grial». En la catedral de Valencia se podía visitar esta reliquia así como otras muchas, entre las que son famosas una pluma del arcángel San Miguel o una zapatilla de la Virgen cuando era pequeña. Pura superchería que era común a muchos templos cristianos y que no generaban una expectación torrencial. Remarcamos que el «Camino griálico» apareció en 1999, y nunca antes. Al menos, que nosotros sepamos.

Un librito delicioso

El librito de Climent es delicioso. Como él y su mujer caminaron pacientemente, su información es la más concisa y entrañable. Delimita las 24 etapas esenciales para recorrer la ruta en más o menos tres semanas. Informa de bares, restaurantes, farmacias, alojamientos, supermercados, panaderías, bancos... en fin, todo lo necesario para cualquier eventualidad que surja en el camino. Incluye además teléfonos de ayuntamientos y oficinas de turismo; además de unos gráficos diseñados por Paco manualmente. Su edición fue posible gracias al ayuntamiento de Cerdá, generoso municipio que precisamente no está en el «Camino».

Existe una diferencia importante entre aquellos dos primeros ibros y el que acaba de publicar Nacho Martín en la editorial «Obrapropia». En los primeros se marca una línea recta entre Jaca y Valencia, atravesando Teruel y Segorbe. En el último se dibuja un rodeo por Morella y Peñíscola.

¿Cómo se explica?

Tras realizar Paco y Matilde la primera peregrinación a pie, se preparó una expedición caballística desde Manises. El grupo hípico manisero tenía amistad con otro grupo hípico de Peñíscola, desde donde se rogó que la peregrinación se desviara hacia allí, con el acicate de una subvención que daría el ayuntamiento de Peñíscola. Pero luego intervino la Diputación de Castelló presidida por Carlos Fabra y ofreció más dinero si además se pasaba por Morella y se atravesaba la provincia castellonense.. Al final triunfó el pragmatismo económico, cuyos ecos son esa nueva ruta que carece absolutamente de lógica.

El «Camino» tiene un cuarto libro, sólo con las mismas de sus apoyos primigenios, desde el Presidente de la Diputación de Valencia hasta el Presidente de las Cortes de Aragón, pasando por el alcalde de Jaca, Segorbe, Sarrión y un largo etcétera, hasta el Prior del Monasterio del Puig. Ayuntamiento de Valencia y Generalitat entonces se inhibieron. En cambio, en Aragón no se duermen. Hace dos semanas se llevaron al profesor Ballester Olmos a Jaca, sustituyendo el nombre en español por el inglés «Holly Grail Route», para conseguir un eco más rotundo.

La Universidad de Zaragoza y Turismo de Aragón han conseguido en Europa 199.844'46 euros para promocionar el nuevo Holy Grail Route. ¡Doscientos mil euros! Nuestra más cordial enhorabuena, aunque nuevamente Valencia se quede atrás. Nos regocijamos en el pasado - la gran exposición- pero no atinamos a diseñar un óptimo futuro. Deberíamos mirarnos en el espejo aragonés y encontrar puntos de contacto entre Aragón y Valencia para conseguir que el «Camino», novedad del siglo XXI, sea todo un éxito en los siglos venideros.

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