La compra de 100 nuevos chalecos antibalas anunciada a comienzos de este año por el Ayuntamiento de Valencia peligra. El concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, asegura en una respuesta remitida al grupo municipal socialista que la adquisición de las piezas dependerá de la «disponibilidad presupuestaria». El edil responde así a una cuestión planteada por Pilar Calabuig a raíz de la noticia aparecida en Levante-EMV que informaba de la devolución de varios chalecos por problemas en el velcro.

Calabuig considera una prioridad dotar a la policía local de medios que garanticen su seguridad, «porque con ello contribuimos a mejorar la seguridad de todos». En octubre del pasado año se recibieron las últimas 31 unidades adquiridas por el ayuntamiento, que hubieron de ser devueltas al fabricante al detectarse problemas, durante su utilización, en el cierre con velcro en 3 de ellas, lo que afectaba a su eficacia. El fabricante tuvo que corregir este defecto, sin coste para el ayuntamiento, tal como se indica en la respuesta.

Cada uno de estos chalecos tiene un coste aproximado de 700 euros y una muestra de ellos fue sometida a pruebas de estrés balístico, corte con arma blanca y objetos punzantes, según la citada respuesta. Pruebas, que según parece, no detectaron los fallos que podrían derivarse de su uso continuado, como así ocurrió, explicó ayer la concejala socialista Pilar Calabuig.