El servicio de retirada de vehículos de la vía pública de Valencia, la popular grúa, es uno de los más caros de España, concretamente el segundo, empatado con San Sebastián. Su coste es de 152 euros, el doble de lo que costaría un servicio privado y un 50% más alto que la media nacional. Sólo Zaragoza, con un coste de 205 euros, supera al Cap i Casal.

Los datos los ha sacado a la luz pública la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha analizado la situación de las capitales de provincia (más Vigo y Gijón) para denunciar lo que se consideran tasas abusivas de la mayoría de los ayuntamientos.

Está claro, porque así lo establece la legislación vigente, que la grúa puede retirar cualquier coche si se produce una infracción de tráfico, cualquiera que sea. La única excepción es estar aparcado en zona azul, de donde sólo se podrá retirar el vehículo cuando la estancia supere el triple del tiempo abonado.

Lo que no regula la ley es el precio que ha de pagarse por la retirada del vehículo y el tiempo de permanencia en los depósitos municipales. Eso lo determina cada ayuntamiento con la empresa privada que generalmente tiene la concesión.

Así pues, la disparidad entre unas ciudades y otras es muy amplia y Valencia ha optado por los precios más caros. Únicamente Zaragoza, donde la retirada del coche le sale a los conductores por la friolera de 205 euros (180 de enganche y 25 por la primera hora de depósito), supera a Valencia, que junto con San Sebastián cobran 152 euros por ese servicio, en este caso sin coste añadido por el depósito.

Eso es el doble de lo que costaría ese mismo servicio realizado por una grúa privada, que según el estudio de la OCU, sería de 70 euros; y el 50% más que la media española, que según la misma fuente se situaría en los 102 euros.

Por detrás de Valencia están Sevilla, con 149 euros; y Madrid y Barcelona, con 148 euros. En el extremo contrario, es decir, las más baratas en este sentido, son Ávila, Melilla y Zamora, donde el servicio de grúa cuesta 52, 47 y 36 euros respectivamente.

Para la OCU, el hecho de que cada ayuntamiento pueda fijar los precios de la grúa les ha puesto en bandeja una forma de aumentar la recaudación, sobre todo en tiempos de crisis, de manera que en ocasiones se trata de otra «sanción encubierta».

En este sentido y de forma genérica, el informe denuncia, así mismo, el cobro por horas de la estancia en el depósito y la permanencia de la sanción aunque el propietario llegue en el momento de enganchar el vehículo. En Valencia, por ejemplo, no se cobra el depósito, pero en otras ciudades se hace desde la llegada del vehículo y por horas, cuando la normativa establece desde 2006 que debe hacerse por minutos.

En cuanto a lo que denominan «grúa-interruptus», hay ciudades como Barcelona, Tarragona y Huelva donde no se paga nada, otras donde se abona la mitad y una mayoría donde se paga el servicio íntegro.