Cuando los 31 niños y jóvenes del Altar del Tossal que abren y cierran la racha ganadora de la entidad, que lleva siete años venciendo con autoridad en el Concurs de Miracles „la última este mismo año„, hacen el signo del siete con los dedos, no se puede negar que están orgullosos. Conforman la generación más exitosa de este concurso y tanto ellos como su director, Juanfran Ballester, han impuesto su autoridad desde 2008 con siete victorias consecutivas que les han convertido, como no podía ser de otra manera, en el rival a batir.

Todos ellos, un gran grupo de amigos, se reunieron ayer en una comida de hermandad organizada por el propio Altar del Tossal para celebrar el triunfo de este año. Aunque son de generaciones distintas, todos ellos tienen en común haber participado en los exitosos milagros del Tossal. Una de las peculiaridades de estas representaciones es el gran número de participantes en los Miracles. Ayer, en el Ateneo Mercantil donde se celebró la comida, costó encontrar un sitio donde cupieran todos los participantes en las representaciones de 2015 y 2008 para hacerse la foto de rigor. Mientras, tanto a Javier Doménech, presidente del altar, como al propio Ballester, les costaba mantener el orden en el grupo de niños, exultantes por haber vuelto a ganar, por séptimo año consecutivo, en el concurso de milagros vicentinos. El único que participó en ambas representaciones, en la de 2008 con apenas tres años „casi cuatro„, fue el Sant Vicent de este año, Ángel Canales.

La comida de ayer, que sirvió como punto de encuentro para ambos grupos, fue solo el primer acto de los programados para la jornada del sábado. A las 19.30 los miembro del Altar del Tossal acudieron a la misa en honor a Sant Vicent Ferrer en la Basílica y a las 20 horas se produjo el traslado de la imagen del santo desde el templo mariano hasta la Parroquia de Sant Nicolau Bisbe, en la plaza e Sant Nicolau. A las 21.30, al término del traslado, se celebró un pasacalles por Ciutat Vella y a las 22 horas, una cena de hermandad.