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«A los trabajadores de más de 50 nos tratan como algo que hay que retirar»

A Luis Chaparro lo catalogaban oficialmente de inepto para conducir un autobús urbano por razón de su edad. A Luis, y a los otros 570.000 valencianos que tienen entre 56 y 65 años, porque la bolsa de empleo de conductores de la EMT nacía con el requisito de no rebasar los 55 años para poder ser aspirante. Pero Luis deja boquiabierto cuando muestra su permiso de conducir. En el reverso lucen como muescas victoriosas de pistolero los catorce permisos de conducción distintos que atesora: desde el de ciclomotor hasta el de autobús con remolque. El AM, A1, A2, A, B, C1, C, D1, D, BE, C1E, CE, D1E, y DE. Todos, excepto el de transporte de mercancías peligrosas, los tiene Luis. Y la experiencia. «Llevo camión desde los 18 años, cuando mi padre adaptó su vehículo a 3.500 kilos. Luego, al volver de la mili, ya cogí el camión grande. Y desde hace 19 años llevo cada día un tráiler de 40 toneladas», explica.

Luis, nacido en Quart de Poblet y afincado en Alaquàs, tiene 63 años. Es la persona en cuyo nombre „la solicitud la ha presentado su hija„ se han impugnado las bases de la convocatoria de la bolsa de empleo de 300 plazas como conductor de autobús urbano de la EMT. Es la persona que, después de que Levante-EMV publicara ayer su queja, ha logrado despertar el debate y que, finalmente, la EMT rectifique y derogue las limitaciones de edad para aspirar a su bolsa de empleo.

Ya en 2005 se vio limitado por las bases. Él tenía entonces 53 años, y la convocatoria prohibía el acceso a mayores de 50 años. Estos diez años ha continuado cada día con el tráiler. «¿Cómo es posible que conduzca un tráiler de 40 toneladas y no pueda llevar un autobús sólo por la edad?», pregunta. «¿Como se entiende que, por un lado, se nos alargue la edad de jubilación hasta los 67 años y, por otro lado, a los 50 años o los 55 nos impidan trabajar en nuestra profesión, y más todavía la Administración pública? ¿Cómo quedamos: estamos para trabajar o no?», inquiere Luis.

Él es de la generación de los trabajadores curtidos. Sigue levantándose a las cinco de la mañana y, algunos días, a las ocho de la tarde todavía está en el Port de Sagunt esperando la carga. «Es raro hacer menos de doce horas al día», explica. Trabaja por cuenta ajena. Le quedan dos años para jubilarse, pero le gustaría un trabajo menos duro en su tramo final de vida laboral. «Pero tampoco lo hago sólo por mí „dice„, sino porque creo que es una discriminación a todas las personas con más de 55 años». Antes de conocer la rectificación de la EMT, él insistía en la clave del asunto: «Que me dejen presentarme a las pruebas psicotécnicas de reflejos, de fuerzas, de habilidad. Pero que no me aparten sólo por la edad».

Cuenta que sus hermanos, de 50 y 53 años, han perdido su trabajo de conductor de tráiler en Valencia y han tenido que marcharse a Ciudad Real para seguir como chóferes. «A los trabajadores mayores de 50 años nos tratan como algo que hay que retirar. No queremos privilegios, pero tampoco que nos discriminen», reclama Luis. Esta vez, su voz ha sido atendida. Él sabe que tendrá difícil entrar a trabajar como conductor de autobús. Pero una legión de mayores de 55 años pueden estarle bien agradecido.

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