Los arquitectos, ingenieros y urbanistas que diseñaron en 2012 una estrategia de movilidad sostenible y peatonalización denominada «A la redor del mercat» para dignificar el entorno del Mercado Central han presentado alegaciones al anteproyecto del aparcamiento de la plaza de Brujas, cuyo plazo de exposición al público acabó el pasado martes.
El documento de alegaciones, firmado por Joan Olmos, David Estal, Carles Dolç y Vicente Torres solicita la retirada del anteproyecto que critican por la baja calidad, tanto del diseño como funcional. Consideran que el proyecto no resuelve las cuestiones de movilidad urbana, ni las conexiones interiores entre el mercado, el aparcamiento y la plaza, ni tampoco aborod la necesaria mejora del espacio público, especialmente referidas al futuro de la plaza de Brujas.
«Después de tantos años de parálisis, queda la sensación de que las decisiones urbanísticas esenciales en una oportunidad de mejora tan anhelada como ésta, se mantienen de nuevo aplazadas sin un mínimo de garantías hacia el respeto de un entorno monumental, económico y social tan importante», aputan los arquitectos y urbanistas. El aparcamiento de Brujas, inacabado y por licitar desde hace tres años, es pieza clave en el eterno proyecto de peatonalización del entorno de la Lonja y el Mercado Central. De ahí que a los arquitectos les sorprenda que en el anteproyecto del aparcamiento no se incluya la propuesta para la plaza de Brujas, que ellos defienden en su estrategia «A la redor del mercat» como un espacio peatonal.
En las alegaciones reclaman que se presente de nuevo a información pública el proyecto del aparcamiento «de manera conjunta» con la propuesta de reurbanización de la plaza de Brujas y calles y espacios adyacentes.
La ausencia del anteproyecto de la nueva plaza de Brujas impide, destacan los arquitectos e ingenieros, conocer el modelo de movilidad que va a regir y «deja en el aire una parte sustancial del futuro global del entorno».
En lo que respecta al interior del aparcamiento, los arquitectos piden una adecuación digna de de todos los espacios disponibles en el primer sótano y en concreto, la conexión interior entre el aparcamiento y el interior del mercado. Les preocupa que se de una solución de conexión digna al vestíbulo que conectará el mercado con el aparcamiento. En las alegaciones critican la «reducción y tortuosidad» de los espacios interiores del aparcamiento y de transición peatonal a la plaza.
Los arquitectos creen que el anteproyecto «carece del nivel de excelencia que la enseña comercial del Mercado Central y el ámbito monumental del enclave exigen», tal como en su día se hizo „apuntan„ en el Mercado de Colón.
Joan Olmos, Carles Dolç, David Estal y Vicent Torres aseguran que se ha optado «de manera negativa por desarrollar a cargo del adjudicatario un proyecto de mínimos con la única finalidad de poner en servicio de la manera más rápida y barata una oferta de aparcamiento en el subsuelo del espacio público, desvinculándolo de su responsabilidad urbana sobre el entorno y sobre el propio Mercado Central».
