¿Cuál es la tarea de un cronista oficial?
No está reglamentada. No hay unos deberes específicos y en Valencia no hay nada establecido. En este caso no puede ser una crónica convencional la que yo haga, pues ya están los grandes periódicos para eso. Estoy elaborando un plan de actuación que podría incluir, sobre todo, la divulgación. El hecho de que este honor haya recaído sobre un periodista es un gesto que yo valoro muchísimo, pues nos lleva a otro campo de trabajo que, insisto, es el de la divulgación.
Necesita uno estar muy versado en la historia municipalpara esta labor, ¿no?
El anterior cronista era el jefe del Archivo de Valencia, él investigaba y estudiaba, pero también divulgaba. No es preciso ser un erudito. Carreres Zacarés y Teodoro Llorente lo eran, pero hoy en día la erudición hay que transformarla en capacidades para localizar la información que se precisa. Eso, afortunadamente, cada vez es mas fácil a través de prensa antigua o archivos...
Las nuevas tecnologías, las redes sociales... Ha cambiado todo mucho en los últimos años.
Desde e l año 2000, que falleció Bru Vidal, hasta 2015 lo que ha pasado es que el mundo se ha hecho digital. Ahora incluso hay dificultades para la edición en papel por lo caro que es.
Hay quien opina que lo que no se escribe en papel se pierde.
Ese es el debate. He de intentar ser práctico y aprovechar las herramientas que el Ayuntamiento de Valencia tiene a disposición de los ciudadanos, como es una magnífica página web, pero sobre todo tener la capacidad de aunar los esfuerzos dispersos en la investigación que hay sobre la ciudad. En estos momentos hay una nueva generación de profesores divulgando, editando y publicando cosas muy interesantes de carácter popular, además de las tésis doctorales. Hay que aprovecharlos para convocar foros, mesas redondas, o focos de reflexión sobre la ciudad y esa es una de las misiones que vamos a intentar como cronista. Ahora también están saliendo a la luz, gracias a las redes sociales, fotografías anónimas que de otra forma eran desconocidas. Se escruta a ver si son verdaderas o trucadas. Es un tipo de investigación que se conoce como la microhistoria y que permite a través de pequeños escenarios contribuir a conformar una crónica general.
Vuelve a lo digital.
Hoy, después de la crisis, los recursos para las publicaciones son limitados. Hay que buscar caminos para llegar a la gente joven y de bajo coste. El periodismo es la clave de lo que yo puedo aportar. Mostrar la faceta de una ciudad que ha tenido ganas de cambiar y siempre a través de los periódicos.
¿Un cronista ha de sintonizar políticamente con el equipo de gobierno o no necesariamente?
No tiene que ser así. Yo he tenido la suerte de que he sido votado por los dos grupos, PP y PSOE. Me conforta y me alegra.
Un cargo sin remuneración y sin despacho..., ¿no?
No hay sueldo, porque es algo honorífico, pero para un jubilado es divertido. Trabajaré desde mi casa porque la tecnología lo permite ahora. El anterior cronista tenía despacho en el ayuntamiento porque era funcionario del archivo municipal.
Profesionales de muy dispares campos o ideologías han afirmado que si el Santo Cáliz estuviera en otra ciudad seria conocido en todo el mundo.
Yo también lo he dicho. ¡Ay! si esto estuviera en otros lugares o lo supiéramos aprovechar. Ocurre lo mismo con los Miracles de Sant Vicent. En otra ciudad europea sería seguramente un festival con los niños.
¿En qué se ha fallado pues?
En nada, es que somos así. Nos cuesta reconocer las cosas buenas que tenemos, lo nuestro, pero no veo que sea un fallo sino una característica que deberíamos convertir en una virtud. Ahora que se acercan las elecciones deberíamos abrir un debate, definir el modelo de ciudad que queremos para Valencia. Busquemos o definamos un modelo que nos guste para esta ciudad.
Usted que conoce como pocos los entresijos políticos de la ciudad, ¿cree que va a haber un cambio político en mayo?
Puede o va a haber un cambio en los estilos de gobernar. Es bastante probable que sea necesario convivir y dialogar más. Si se hace bien, siempre será bueno para la ciudad.
Da la sensación de que hace falta una bocanada de aire fresco en las instituciones.
Pero la necesita no solo la corporación, también la sociedad civil. Que todos estos esfuerzos dispersos que hay de gente amiga e ilusionada por la ciudad se coordinen y produzcan energías mucho más potentes a la hora de modificar el curso de una gran ciudad, que no se cambia de la noche a la mañana.
¿Usted considera que la figura de Rita Barberá ha sido positiva para la ciudad?
Nadie ha estado tantos años gobernando en Valencia y además ha sido capaz de aprovechar los grandes eventos para potenciar la imagen de Valencia.
También ha sido una etapa de grandes excesos.
Se han compensado con la critica y se han moderado.
