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Dación en pago firmada

Alex y Elena ven el final del túnel

El banco facilita la dación en pago al discapacitado que ya no podía pagar la hipoteca de un piso inaccesible en silla de ruedas

Alex y Elena ven el final del túnel

Alexanaru y Elena Soare empiezan a ver la luz al final del túnel. El pasado miércoles firmaron la dación en pago de la vivienda que compraron hace años en Alfara del Patriarca, y cuya hipoteca no podían ya afrontar desde que la desgracia se cebó con ellos. Un tumor en la médula de Alex le llevó al quirófano en junio del año pasado. Tras dos operaciones en La Fe, quedó parapléjico. Algo que les impidió regresar al piso familiar, un cuarto sin ascensor. Tuvieron que recurrir al alquiler de otra casa, en Mislata, lo que hizo imposible pagar los dos inmuebles. Ahí empezó el calvario, pues los intentos con su banco para buscar una salida resultaron frustrados. La publicación del caso, a través de Levante-EMV, hizo que la maquinaria burocrática y legal de Bankia agilizase entonces los trámites. Dos meses después, el «milagro», se ha obrado. «Hemos firmado los papeles en la notaría, se han portado muy bien con nosotros y estamos agradecidos porque al final se haya resuelto todo. El trato del banco ha sido excelente», señalaba ayer Elena.

Fuentes de la entidad bancaria reconocieron desde el primer momento que había que subsanar los fallos que se hubieran podido cometer, más por problemas administrativos que por falta de voluntad. Elena lamentaba ayer haber perdido el domicilio en el que habían invertido tanto dinero en su rehabilitación, y donde habían vivido momentos muy felices. «Da mucha pena dejar todo eso atrás, tantos ahorros metidos ahí, pero al menos ahora no tenemos esa deuda y podemos centrarnos en que Alex trate de mejorar algo su calidad de vida», comentaba.

Elena ha tenido que renunciar a su trabajo como limpiadora del hogar para cuidar a Alex, quien de la construcción pasó a la vigilancia en el club náutico, y por último a desempeñar tareas de conserje. Ahora vive pegado a una silla de ruedas, ha perdido incluso el control de los esfínteres y va sondado las 24 horas del día, lo que le ha dado acceso a una pensión de gran invalidez. Liberados de la ansiedad que les generaba no poder hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias, el objetivo de este matrimonio, que llegó de Rumanía a Valencia en busca de un futuro, es volcarse en la rehabilitación física de Alex. Pero sobre todo en la psicológica. «Queremos sacar la parte positiva de esta desgracia y es toda la gente buena, como Manolo Mata, que nos ha ayudado tanto», concluía Elena.

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