En este siglo XXI de pantallas, alejamiento y frialdad, un buen lema a la hora de montar un negocio es autenticidad. Corazón. Realidad. Pizzería Zanti es todo eso y mucho más. Lo es en un local alargado como un tallarín, situado en una zona rodeada de colegios, institutos, polideportivos e incluso comisiones falleras, como es la calle Cuenca a escasos metros de Abastos o de la plaza Obispo Amigó. Zanti no es una franquicia ni un restaurante italiano «de marca», pero precisamente eso forma parte de un encanto evidente que, apenas un mes después de la apertura del local, ha conseguido afianzarse en Arrancapins, donde va camino de convertirse en toda una institución.
Detrás de Zanti „cuyo nombre puede sonar a más de un lector„ se encuentra Salvatore, un italiano que ha dado un paso adelante cuando prácticamente todo el mundo da un paso, una voltereta y hasta una pirueta hacia atrás. Tenía un local en Manises y le iba bien. Pero Salvatore decidió arriesgarse y dar el paso de buscar un local en Valencia para llegar a la ciudad.
La apertura del Zanti de la calle Cuenca no ha estado exenta de problemas. Hace un mes, cuando Salvatore pintaba la fachada del local, cayó de un andamio y resultó herido. Él mismo lo cuenta en su página de Facebook, donde adjunta la noticia de entonces en Levante-EMV, y decía que tenía ganas «de empezar esta aventura que me inspira muy buenas sensaciones en la que me volcaré al 100%».
Lo ha hecho y ha dado sus frutos. O está en ello. Lento pero seguro. Zanti está especializado en pizzas para llevar. El local es pequeño, pero permite el consumo de pizzas en su interior. No son pocos los clientes ya fieles en el barrio, que saben apreciar el amor y la autenticidad que pone este italiano en el plato más importante e internacional de su tierra.
Lo hace con materiales traídos de Nápoles, sanctasanctórum, refugio y cuna de la pizza, como la misma pulpa de tomate, que cruza el Mediterráneo hasta Valencia, la mozzarella o la albahaca. Forman la base de cualquier pizza, pero también son los únicos ingredientes, junto al aceite de oliva, de la pizza más aprecidada en Sicilia: la margarita. De hecho, en esta zona del , muchos restaurantes únicamente sirven margaritas, pues la entienden como la pizza definitiva, la que mantiene el mejor sabor gracias a los ingredientes. Zanti ofrece margaritas pero conscientes de los nuevos sabores incorporados en el mundo de las pizzas, también se ha abierto Salvatore al pepperoni o al bacon: «Se puede hacer comida rápida y no tiene por qué ser comida basura». Toda una declaración de intenciones para el Zanti de la calle Cuenca.
