La nueva Ordenanza de Saneamiento, aprobada ayer por el pleno del Ayuntamiento de Valencia, incorpora importantes avances en materia de protección del medio ambiente y de la red de saneamiento de la ciudad, entre ellos la prohibición de verter las populares toallas húmedas al váter. El documento incorpora novedades en cuanto a control y regulación se refiere. Otros vertidos que han sido vetados, y que conllevarán una multa económica para los infractores, son los excedentes procedentes de excavaciones, achique de aguas, trituradoras de basura o desechos con coloraciones.

El uso masivo de las toallitas húmedas, fabricadas a partir de fibras sintéticas en vez de celulosa pura como el papel convencional, supone una seria amenaza para el saneamiento, sobre todo en los sistemas de bombeo. Éstas atascan las tuberías al no ser biodegradables ni removibles por el sistema de depuración y constituyen un grave gasto para las arcas públicas. Además del gasto público, los técnicos del Ciclo Integral del Agua deben revisar la red de alcantarillado para evitar atascos y las consecuentes inundaciones como consecuencia de las lluvias cortas y de fuerte intensidad.

En caso de detectarse alguna anomalía de este tipo, el causante podría ser sancionado con 750 euros si se trata de una infracción leve, mientras que si se considera grave o muy grave esta sanción ascendería hasta los 3.000 euros, que en su caso pagaría toda la comunidad de propietarios.