«Una situación límite». Así describe un maquinista de la Línea 4/6/8 de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana„ donde hace una semana tuvo lugar el accidente en el que murió una mujer„, el escenario al que se ve abocado él, y el resto del colectivo, «por un serio problema de personal que hace imposible sacar el servicio adelante con normalidad». En una carta remitida a la dirección de recursos humanos de FGV, el trabajador denuncia que muchos de los compañeros están sometidos a diario «a un preocupante estado de indignación, alteración, desgaste y agotamiento». En ese punto, recuerda que se trata de algo preocupante «por la responsabilidad que entraña el puesto». Las normas de proporción de descansos establecidas deberían aplicarse con rigor «para preservar la seguridad». La realidad, sin embargo, es que se les está «obligando incluso a prestar servicio 21 días con un ciclo de cinco trabajados y sólo uno de paro». Según César Sánchez, delegado sindical del SIF, se han llegado a tener que suprimir hasta 2 ó 3 servicios y hasta 10 trenes al día por falta de personal en las últimas semanas.
De una plantilla conformada por unos 120 trabajadores, hay aproximadamente un 10% de baja. Bien por excedencias, licencias, jornadas reducidas o bajas de larga duración. Su no cobertura es lo que en opinión de Sánchez está repercutiendo negativamente en el resto. Se suprimen descansos o se les entregan cartas a los maquinistas al finalizar su servicio de tarde, «alrededor de las doce de la noche, para ordenarles que deben personarse en su puesto al día siguiente en turno de mañana». Para ello, y según los denunciantes „ que prefieren preservar su anonimato„, se está aplicando el artículo 10.5 de la normativa vigente. La reflexión de los afectados «es si la legalidad puede ser superior a un posible problema de seguridad», según reza en un escrito de la Sección Sindical Ferroviari País Valencià, de UGT.
El problema, tal como relatan, surge a finales del mes de marzo, cuando FGV empieza a repartir los escritos en los que exige presentarse en el trabajo, pese a estar eximido ese día. «En concreto, el 23 de marzo se entregó el primer escrito en que la empresa hace gala de sus conocimientos sobre la normativa vigente y empiezan a quitar los descansos al personal», señala UGT en su misiva, fechada el pasado 7 de abril.
Sin amparo legal
Desde el SIF se incide, además, en que están ya cinco años sin amparo legal, pues carecen de convenio colectivo. «Todo esto nos está generando una tensión y una presión que repercute en nuestra salud», comenta Sánchez, quien apunta que todos estos hechos ya se denunciaron en su día ante la Inspección de Trabajo. Advierte también que de continuar con esta situación, el siguiente paso podría ser una denuncia por la vía civil. «Hay gente que por miedo ha estado hasta once días seguidos trabajando», asegura. El temor a expedientes se ha instalado en el grupo, asevera uno de los denunciantes. En la carta dirigida a Recursos Humanos consideran que desde FGV se está dispensando «un trato que roza lo vejatorio y que está causando graves daños al colectivo». Y van más lejos, al recordar que en los últimos días se han contabilizado hasta cuatro accidentes. «Ha sido la gota que ha colmado el vaso», apuntaba. Aunque con la precaución lógica de no querer establecer peligrosas relaciones, dejan caer que «puede haber influido y mucho el cansancio acumulado». En el fatal percance acaecido en Tarongers, la chica fallecida iba con los cascos puestos según las pesquisas policiales, pero posteriormente se han dado colisiones menores con bicicletas y coches implicados.
