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Con 300 llaves

Un palacio al que salvar del olvido

Historiadores, arqueólogos y arquitectos abogan por dar a conocer el «desconocido» complejo real derruido en 1810

Un palacio al que salvar del olvido

Osos, ciervos y hasta leones llegó a tener en sus jardines el Palacio Real de Valencia. Además de la colección zoológica, su importancia como vivero queda acreditada porque ya en 1560 Felipe II reclamó naranjos, limoneros y más de cuatro mil plantas florales para embellecer el Palacio de Aranjuez. La majestuosidad de tan noble edificio, que durante siglos dominó el perfil urbano de la ciudad, se perdió en 1810. Conocido como el Palacio de las 300 llaves, una por aposento, ahora se cumplen 205 años de su desaparición „ en pleno fragor de la guerra de la Independencia„, y diez del hallazgo de sus planos en un archivo de París. Fue el historiador Josep Vicent Boira i Maiques quien halló el conjunto de documentos más detallado sobre tan singular complejo.

El mariscal Suchet, en 1811, fuen quien se llevó tan preciado material a Francia, «sin duda atónito al ver cómo los propios valencianos habían consentido el derribo del que era el más esplendoroso de sus edificios». Para conmemorar el «descubrimiento», ayer se celebró, en el marco de la Fira del Llibre, una mesa redonda con Boira, el arqueólogo Josep Vicent Lerma, la historiadora del arte Mercedes Gómez-Ferrer y el arquitecto y académico Paco Taberner.

Según Boira, se trata de la construcción «más notable» de Valencia, con sus dos patios interiores, su salón del trono, sus cocinas y caballerizas, su capilla real, su sala de audiencias, sus torres y torreones, sus escaleras monumentales... Desde sus inicios fue palacio y finca de recreo árabe, a partir del siglo XIV y en los tiempos de la Reconquista cristiana fue prácticamente reconstruido como residencia de los monarcas aragoneses casi en su totalidad, incorporando algunos restos muy parciales de la arquitectura anterior, posteriormente en época Moderna pasó a ser residencia de la corte virreinal y de los Capitanes Generales.

De las 300 llaves del Palacio Real, sólo se ha hallado una, recuerda Boira. Todo un símbolo de aquel patrimonio perdido y recuperado sólo a medias gracias a los libros y las imágenes. Para los ponentes la asignatura pendiente continúa siendo «recuperar el digno papel que tuvo entre el siglo XIII y el XIX». «Se trata de un gran desconocido incluso para los más ilustrados», apuntaba ayer Paco Taberner, quien lamentaba que no se haya podido excavar en la zona para aflorar todos los restos. Exceptuando la obra de Boira y el monográfico de Mercedes Gómez Ferrer, no se ha profundizado más sobre el único palacio de ese corte que no logró preservarse en el arco mediterráneo, según Josep Vicent Lerma.

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