Amparo Picó ha aparecido finalmente como cara visible en el apartado de fiestas a pesar de que en las listas, y con muchas posibilidades de conseguir acta de concejal está Manuel Camarasa, todo un veterano en estas lides festivas y folclóricas. Sin embargo, es la número tres de las listas la que se postula a día de hoy. «No se ha asignado ninguna concejalía a nadie porque sería una irresponsabilidad habiendo un proceso electoral por celebrar, pero desde el primer momento en el que activamos el partido en Valencia he sido la responsable del área de cultura y fiestas».

En 1991, Fiestas era uno de los cromos más preciados y se lo quedó Unión Valenciana ¿Aquí pasaría lo mismo?

Salimos para ganar y ya hemos dicho por activa y por pasiva que no haremos ningún pacto de gobierno con quien esté señalado por la corrupción. No vamos a pactar por sillones.

Su apellido está muy vinculado a las fallas.

Mis padres se conocieron en la falla Salamanca-Conde Altea, donde mi padre fue presidente y luego siete años secretario general de la Junta Central Fallera. Mi marido y yo nos conocimos en Calixto III, donde yo era fallera por cambio de zona de residencia. Mi hija Sonia conoció a su futuro marido en la fala y ojalá a mis nietos les pase lo mismo. Yo fui corte infantil en 1966; mi hija, corte mayor en 2009... no puedo hablar de las fallas más que de un espacio de convivencia, cultura, tradición, relaciones. Una figura esencial en nuestra cultura.

Todos los programas electorales hablan de «potenciar». Esto o lo otro ¿Puede venderme algo diferente?

Que nuestro programa el el resultado de reuniones con los colectivos festivos, que nos han expuesto sus reivindicaciones y necesidades. Nuestra forma de ejecutar la "política" en las fiestas es será una línea de participación y consenso. Incluyendo una modificación en el consejo rector para dotarle de más participación de Agrupaciones y Federaciones de fallas. Y con cero doctrina, claro.

También crearemos la Oficina Popular de Fiestas de la Ciudad, un órgano transversal que coordine y ayude a la recuperación de las tradiciones que singularizan a cada barrio. Además de darle contenido a todo el continente que hay en la ciudad y que está desaprovechado como marca de la ciudad. Esto abarca desde las fallas al diseño, la cultura, los parques naturales... todo el patrimonio que está por explotar.

Un argumento recurrente ha sido el de la «despolitización» de la fiesta.

Los grandes eventos deben estar despolitizados. Esto es, evitar a toda costa sacarles rédito político. El político tiene que estar en la crida o en la mascletà porque es el anfitrión, pero dando el paso atrás. Sabiendo que no es su acto, sino el de la fallera mayor.

Manolo Camarasa está en la lista y es un hombre de fiestas. Pero en las reuniones también se ha visto a José Luis Albiach, Javier Copoví, Jesús Calatayud, Paco España... gente del mundo de las fiestas.

Hay mucha gente que ha mostrado interés por nuestro programa y nuestras intenciones y han creído en nosotros. Del mundo de las fiestas y de la cultura. Nuestro programa, en ese sentido, tiene clara la defensa de las señas de identidad desde un ámbito no nacionalista, respetando la legalidad. Tenemos equipo con suficiente experiencia para una gestión eficiente. Y esto incluye, por supuesto, la Junta Central Fallera, donde escucharemos a todos los que hay porque todos pueden ayudar o seguir ayudando.

En la última asamblea de presidentes, el que más el que menos tenía miedo de que se perdieran las subvenciones falleras.

Las fallas pueden estar, en ese sentido, tranquilas.

¿Usted también cree que las fallas están mejor bajo el manto del ayuntamiento?

Eso es algo que son los propios falleros quienes deben valorarlo. Soy de la opinión de que la tranquilidad que da, si lo acompañas de una gestión eficiente, es lo más cómodo para las fallas. Si trabajas bien por ellas, claro.