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Cañas y barro

Democracia participativa

Democracia participativa

Casi podríamos decir que la Itaca de los demócratas sería la aspirada democracia participativa , esa en la que todos y cada uno de los ciudadanos formarían parte de un sistema que ordenase su día a día. Un lugar perfecto hacia donde dirigirse pero difícil de alcanzar. Y lo que está claro es que para ello, hay que partir de una democracia representativa, como la que tenemos, y desde ahí ir consiguiendo la mayor implicación de todos.

Una democracia es algo tan sencillo como complejo. En un grupo de tres personas es fácil, pero cuando hablamos de cifras mucho mayores la dificultad crece y la voluntad y la implicación de quienes aspiran a ella ha de ser mucho más fuerte .

Ayer vivimos otro de los grandes días de la democracia. Una nueva oportunidad de elegir libremente a nuestros representantes en las instituciones. Y así ha sido, nadie nos ha obligado a votar a unos u a otros, ni siquiera a ir a votar.

También ayer pudimos ver, aunque a veces pasen desapercibidos a miles de personas que altruistamente dedicaron toda una jornada festiva a colaborar para que esta «fiesta de la democracia» se desarrollara con toda normalidad y con todas las facilidades para los votantes. Una vez más, mujeres y hombres comprometidos en primer lugar con la democracia y después con sus ideas políticas se presentaron en los colegios electorales a primera hora de la mañana para participar como interventores o apoderados en las más de 800 mesas electorales de nuestra ciudad.

La democracia participativa es la necesidad de que la sociedad que aspire a este concepto disponga de ciudadanos activos, organizados y preparados para desempeñar un papel dinámico en la escena política. Y ese tipo de gente es la que yo he visto durante todas las campañas electorales en mi partido. Gente activa , organizada y preparada, siempre colaborando.

Los he visto ensobrando las papeletas que se envían por correo a los domicilios; otros repartiéndolas por las casas; y todos formándose para luego el día de las elecciones asistir a sus mesas electorales con pleno conocimiento de lo que han de hacer.

Conozco a muchísimos en mi partido pero, de la misma manera, imagino que lo hacen en los demás partidos que se presentan a las elecciones. Y salvo raras excepciones siempre he dado con personas colaboradoras, amables y dispuestas a ayudar y a trabajar para defender sus ideales y, sobre todo, el sistema democrático en que vivimos.

Hay que tener una conciencia democrática muy grande para ejercer esta función, por eso me ha llamado poderosamente la atención saber que hay formaciones nacidas precisamente de movimientos asamblearios, que presumen de ser las más participativas, incluso las únicas realmente democráticas y que curiosamente no han tenido suficientes voluntarios para trabajar de forma altruista en esta función tan necesaria. Me imagino que hasta sus líderes habrán sentido cierto desamparo y soledad...

Pero pueden estar tranquilos, los interventores y apoderados de otros partidos están ahí, velando por el buen funcionamiento del sistema, insisto, de todo el sistema , no sólo del interés de sus partidos . Gracias a todas estas personas «el pucherazo», de momento, aquí no se da.

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