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Camals mullats

Mudanza

Mudanza

Siempre cree que es la última pero nunca lo es. En cada mudanza pierde identidad abandonando objetos que significaron algo y devinieron intrascendentes. Medallas y trofeos infantiles, libros que está seguro que no releerá porque nunca relee, cables y cachivaches electrónicos que no recuerda haber comprado, camisas tan viejas que solo guarda para pintar, él que nunca ha pintado; relojes que dejaron de funcionar, libretas y más libretas llenas de notas que cuesta descifrar, navajas que nunca cortaron chuscos militares ni trozos de queso? Intenta, sin éxito, mudarse de sí mismo. Eso solo saldría bien en un relato de Millás.

Dentro de unos días las televisiones emitirán los inevitables reportajes de concejales y alcaldes que abandonan sus puestos. Una voz ilustrará las imágenes suministrando datos que evalúan y cuantifican el cambio. Alguien saldrá llenando cajas de cartón con fotografías, cubiletes con bolígrafos, pisapapeles, grapadoras y recuerdos de años de dedicación a actividades públicas. A esa voz le acompañarán «recursos» con esa persona hablando por el móvil, firmando algún documento o despachando con algún colaborador. Las últimas imágenes serán una toma de espaldas en un pasillo desierto. La voz en «off» desaparecerá y solo se oirán pasos. Puede que un portazo cierre ese minuto que condensa un cambio político. Nunca emiten un reportaje sobre los que llegan. Cambiando la mesa de orientación, colocando fotos de la familia, sacando sus rotuladores favoritos de un maletín, conversando con un colaborador diciéndole «¡ya estamos aquí! ¿ahora qué hacemos?»

Mudanzas de la magnitud de la que se espera en España tras los resultados de las elecciones municipales y autonómicas solo se han dado en 1979 o en 1991/1995. Miles y miles de cargos electos pasarán a gobernar y legislar, sin haberlo hecho antes, y miles y miles dejarán de hacerlo tras haberlo hecho durante dos décadas o más. Valencia inicia una nueva etapa con retos de una extraordinaria magnitud. La ciudad se ha despersonalizado, se ha empobrecido y se ha arrugado ante la evidencia de que la emperatriz estaba desnuda. El ansia de jugar la champions la ha llevado a bajar varias categorías. Ha vivido ajena a las auténticas necesidades de su vecindario.

Llega gente nueva, muchos de ellos totalmente ajenos a la gestión pública. Imaginan escenarios que no se van a dar y tropezarán con otros que nunca previeron. Harán propuestas que chocarán con la insuficiencia presupuestaria o con la legalidad vigente. Detectarán problemas que no sospechaban que existieran. Encontrarán soluciones que les enorgullecerán. Habrá cosas que les saldrán bien y otras que les saldrán mal. Hagan lo que hagan siempre tendrán detractores, como los tiene cualquier idea novedosa.

Salimos tan escaldados del pasado inmediato que confiamos en que todo salga bien.

Pasarán una y mil veces por su puerta pero no lo volverán a ver. Ha cerrado Finnegan´s . Él aún recuerda los problemas que tuvo para obtener la licencia. Los meticulosos funcionarios municipales se obstinaban en negar la apertura de un pub totalmente forrado de madera por el riesgo de incendios. De nada sirvió acreditar que todo el material provenía de un pub irlandés en pleno funcionamiento que contaba con todos los permisos allí. A alguien se le encendió una bombilla, se barnizó todo con una barniz especial antiincendios. Llevaba veinte años abierto. Lo sustituirá una franquicia idéntica a otras.

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