Los controles se realizaron en zonas aleatorias de la ciudad, destacando los realizados en las proximidades de los entornos de ocio, con el fin de evitar que los conductores que han consumido alcohol cogieran su vehículo.

La Policía Local realizó 572 pruebas de alcoholemia, de las que 14 fueron positivas (el 2,4%). Doce conductores superaron la tasa de 0,25 mg/l, mientras que otros dos conductores que superaron la tasa de 0,60 mg/l., por lo que ambos pasaron a disposición judicial por tratarse de un delito contra la seguridad del tráfico.