La Concejalía de Mercados ha ordenado a la titular de uno de los puestos de la pescadería del Mercado Central que retire las cámaras de videovigilancia instaladas en su caseta. El consistorio advierte de que las cámaras, orientadas hacia el interior del puesto, no tienen autorización municipal. La titular de la pescadería fue amonestada en marzo por la colocación de las cámaras sin haber solicitado permiso y se la requirió para que aportara la documentación necesaria „inscripción en el fichero de protección de datos de carácter personal, consentimiento de los trabajadores que tuviera contratados para acceder al tratamiento de sus datos, así como el contrato suscrito con la empresa de seguridad privada y la autorización de la misma para funcionar como empresa de seguridad y mantenimiento„. La titular no ha aportado la documentación requerida y el ayuntamiento le ha ordenado que retire los aparatos.
La titular de la pescadería argumenta que instaló las cámaras para tener vigilado el puesto cuando ella estuviera ausente. Argumentó a este diario que a veces se producen averías, si bien otros vendedores apuntan a que las cámaras son para vigilar a los emppleados. Asegura que las exigencias del ayuntamiento para legalizar las cámaras la han disuadido y ha optado por desconectalas, aunque los aparatos seguían ayer instalados en el puesto, donde también hay un cartel que advierte de la presencia de cámaras.
El presidente de la Asociación de Vendedores del Mercado Central, Francisco Dasí, asegura que algunos puestos, especialmente los más grandes que tienen mucho personal contratado, han manifestado su interés por tener cámaras de videovigilancia, unos equipos sometidos a una estricta normativa para no vulnerar la privacidad de las personas. Fuentes de la Concejalía de Mercados aseguran que no les constan peticiones en este sentido, si bien apuntan que podrían hacerlo siempre que cumplan la normativa.
