La adjudicación por parte de la Concejalía de Playas de cuatro chiringuitos de 70 metros cuadrados en las playas de la Malva-rosa y las Arenas (Cabanyal) ha pinchado en hueso. La aún concejala del ramo, Lourdes Bernal, ha tenido que aparcar la licitación de los cuatro nuevos establecimientos hosteleros „a cuya explotación aspiran un total de seis empresas„ tras recibir, el 28 de mayo, el mismo día que acababa la presentación de ofertas, un informe de la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, denegando la autorización para la ocupación del Dominio Público Marítimo Terrestre a estos nuevos locales. El motivo, según ha sabido este diario, es que el ministerio cree que «la playa ya está llena de cosas».

Un argumento que ha sorprendido al ayuntamiento puesto que en las negociaciones previas «a nivel técnico» que se han mantenido con Costas no se habían puesto reparos a la instalación de estos nuevos chiringuitos.

El ayuntamiento ya ha presentado un escrito de alegaciones en el que argumenta que estas nuevas instalaciones «cumplen a rajatabla la ley de Costas» y, además, permitirán «mejorar el servicio a los usuarios». Las playas de la Malva-rosa y el Cabanyal «son muy anchas» y estos cuatro locales tendrían, a juicio del consistorio, plena cabida sin apenas alterar el paisaje. Estos locales tendrán 20 metros cuadrados de espacio cubierto y 50 de terraza, como marca la normativa. Además, el consistorio exige que tengan baño público de acceso para minusválidos y gratuito, lo que redundará, afirma, en una mejora de las prestaciones de la playa. Lourdes Bernal confía en que Costas, que podría tardar hasta un mes en responder a las alegaciones, acabe aprobando el proyecto, y que la nueva corporación lleve adelante la adjudicación.

No es el primer desencuentro entre el ayuntamiento y la Demarcación de Costas, casi siempre reacia a la ocupación del Dominio Público Terrestre. En la etapa del Gobierno socialista se sucedieron las multas al consistorio por la celebración de eventos deportivos en la arena.

Con la instalación de cuatro nuevos chiringuitos en la Malva-rosa y el Cabanyal „en una ubicación indeterminada en el pliego de condiciones„ el ayuntamiento tenía previsto ingresar al menos 448.000 euros al año. La concesión tenía un periodo de duración de cuatro años y los locales podrían funcionar hasta la 1 de la madrugada. En el pliego de condiciones además se les exigía un diseño armónico con el entorno a partir de colores neutros. Este concurso suponía la vuelta a la arena de los chiringuitos de playa que hace dos décadas fueron desterrados al paseo marítimo para liberar la franja de arena.

La licitación del servicio de hamacas y sombrillas, que estaba en proceso de renovación, sí se ha resuelto, adjudicándose a la empresa Mar y Sombra, que renueva así la concesión.

El club de playa de la Marina Real, sin reparos

La Demarcación de Costas del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente no ha puesto reparos a la ocupación de una importante franja de arena por parte del club de playa de la Marina Real Juan Carlos I, que ocupará con hamacas y sombrillas una zona de playa ubicada a caballo entre la marina y las Arenas. El motivo, según ha sabido este diario, es que la zona de arena donde se ubica el club de playa no es dominio público marítimo terrestre sino suelo portuario. Hace años, en esta zona había un aparcamiento vinculado al uso portuario que se trasladó cuando se construyó el espigón del paseo marítimo. El dueño de la empresa que explotará el club de playa, Antonio Calero, asegura que una prueba de que la zona que ocupa el club de playa, pese a ser arena, no es playa pública es que cuando se empezaron las obras, las máquinas se toparon con la losa de cemento del antiguo aparcamiento.