La huida del cerebro del saqueo de Emarsa, la empresa que gestionaba la depuradora de Pinedo, que dejó un agujero económico de 23 millones de euros, ha acabado en la República de Moldavia. Jorge Ignacio Roca Samper fue detenido en Chisinau, la capital del pequeño país moldavo, donde también se encuentra imputado en una causa penal por «abuso de autoridad con resultado de consecuencias graves» y «falsificación de documentos oficiales/públicos en beneficio de un grupo criminal», según el código penal de Moldavia, explican fuentes de la investigación a Levante-EMV.

El empresario huido se refugiaba bajo una identidad ficticia, «Botnari Georghii Alexandr», por lo que utilizaba documentos de identidad falsos, en los que se quitaba edad: aseguraba haber nacido el 7 de febrero de 1970, cuando realmente nació el 8 de noviembre de 1969.

La identidad falsa de Roca Samper se descubrió durante la causa penal iniciada contra él en Moldavia. La investigación permitió comprobar que, en realidad, era un ciudadano español, con nombres y datos muy distintos a los moldavos. Y un peculiar detalle: tenía el documento nacional de identidad caducado. Ante estos antecedentes la policía moldava contactó a través de Interpol con el Cuerpo Nacional de Policía de Madrid el pasado 10 de junio para informarles que Roca Samper estará detenido «durante un plazo de treinta días». Un plazo más que suficiente para que la policía española confirme a la moldava «la detención preventiva» y comunique el inicio de los trámites de extradición. Desde la Dirección General de Policía confirmaron ayer a Levante-EMV ambos extremos.

La puesta en marcha de la maquinaria judicial también se ha extendido al Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, que investigó el saqueo de Emarsa. La magistrada Silvia Vivó (el titular Vicente Ríos se encuentra de baja) ha adoptado la medida cautelar de solicitar prisión provisional para Jorge Ignacio Roca Samper. Una decisión a la que podrán alegar las partes personadas en la causa, aunque en un corto espacio de tiempo: antes de las 10 de la mañana de hoy.

Fuentes de la investigación explicaron a Levante-EMV que la detención de Roca Samper puede dar un vuelco al juicio del caso Emarsa, cuyo inicio está previsto para el próximo 2 de noviembre, ya que el empresario está considerado como el cerebro de la trama que saqueó la empresa pública y «sus revelaciones harán temblar a más de uno» e, incluso, podrían obligar a «paralizar el proceso» o «abrir una instrucción complementaria o pieza separada». El empresario se encuentra en paradero desconocido desde abril de 2010, un año antes de que se conociera el saqueo de la empresa pública.

El juez Vicente Ríos juez dictó una orden europea de detención contra Roca Samper en enero de 2012, lo que ha permitido hacer sonar las alertas al verse implicado en un caso penal en Moldavia por colaborar con una red criminal local.

En el caso Emarsa, Roca llegó a facturar a través de sus empresas de construcción y venta de coches hasta 15 millones de euros por el tratamiento de lodos en la depuradora de Pinedo entre 2004 y 2010, aunque su llegada a la planta es anterior al nombramiento como gerente de Esteban Cuesta. También fue uno de los empresarios que viajó a Rumanía a costa de la depuradora.

Durante sus últimos meses en España no perdió el tiempo. Entre septiembre de 2009 y abril de 2010, último mes en que cobran los proveedores de Emarsa, el emprendedor fugado consiguió ingresar más de tres millones de euros de la depuradora por, supuestamente, tratar lodos. En mayo, junio y diciembre de 2010 sacó de España 671.000 euros a través de la firma Printergreen, cuyo objeto social era la venta de coches. Justo 20 días después de la última transferencia al extranjero que realizó Roca, el juez inició la investigación del saqueo a Emarsa.

En el escrito de acusación, la Fiscalía acusaba a Roca Samper de ser el administrador de empresas que buscaron los imputados Enrique Crespo, Esteban Cuesta. Enrique Arnal, Adolfo Polo, Jose Juan Morenilla e Ignacio Bernácer para «ejecutar el plan de incrementar el precio del coste de los lodos» en el que Roca emitía «facturas simulando la prestación del servicio» y todos salían ganando. En poco tiempo el huido podrá explicar todos los detalles.