Asociaciones por la defensa y difusión del patrimonio cultural organizaron ayer por la mañana una ruta para reivindicar la recuperación de los edificios históricos abandonados de la zona de Aiora, Marítim y el Grae, y su puesta en valor. Los organizadores, los mismos que los que pusieron en marcha el mes pasado la ruta por el patrimonio abandonado de Benicalap y Marxalenes, lanzan así una nueva propuesta cultural con los mismos objetivos: recordar a las instituciones el papel dinamizador y de reactivación económica y generador de empleo que debe jugar el patrimonio, también en los barrios.

La ruta pretendía mostrar el patrimonio industrial arquitectónico del distrito de los Poblats Marítims, una zona donde quedan muchos ejemplos de la industrialización de Valencia, pues fue uno de los núcleos industriales de la ciudad. Se trata de las edificaciones realizadas a partir de la Revolución Industrial, como fábricas, almacenes, naves, chimeneas o silos, u otras como los tinglados del puerto o la antigua estación de ferrocarril. Son construcciones que tienen un gran valor histórico y social como parte de nuestra memoria del trabajo y del pasado reciente de la ciudad, sin embargo, este vasto patrimonio aún carece de la suficiente atención, consideración y protección, lo cual hace que se sigan perdiendo todavía hoy muchos ejemplos de interés, según explicó el presidente de una de las entidades organizadoras, Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, César Guardeño.

Ellos guiaron el recorrido, junto a la Asociación del Patrimonio Industrial Valenciano y de CaminArt, y durante el trayecto se explicó tanto la historia y el valor de los edificios como el trabajo realizado a lo largo de los años con sus denuncias para exigir la conservación, rehabilitación y puesta en valor de los bienes inmuebles que se visitaron. El recorrido, de unas tres horas y media de duración, comenzó a las 10.30 horas desde la puerta principal del Palacete de Ayora, construido a finales del siglo XIX en estilo ecléctico pero cerrado a cal y canto, a pesar de que desde 2012 esté previsto que albergue la sede de la Universidad Popular o de que el Síndic de Greuges haya instado a su reapertura.

Durante el recorrido se mostraron ejemplos como parte de la antigua Aceitera Casanova o el magnífico almacén de abonos de José Campos Crespo, obra de Demetrio Ribes. Se recorrieron espacios como el antiguo complejo fabril S.A. Cross y diferentes fábricas que se encuentran en la calle Joan Verdeguer, o los almacenes conocidos como «Las Naves».