14 horas del mediodía. La Marina Real Juan Carlos I y sus inmediaciones se ven invadidas por el potente ruido que producen las turbinas del Helicóptero Helimer Mediterráneo, que acaba de despegar desde los astilleros valencianos. Cámaras, teléfonos móviles y tabletas inmortalizan el momento. Minutos antes, grupos de amigos y familias emularon a los profesionales y conocieron de primera mano los entresijos de las operaciones de rescate mientras entraban en el vehículo.

Y es que Salvamento Marítimo organizó ayer en el puerto de Valencia una jornada de puertas abiertas que contó con la asistencia de más de 1.000 personas. Javier Lozano, comandante del helicóptero, atendió a Levante-EMV y explicó que «la intención es interactuar con la gente y explicar lo que hacemos día a día. Cada mes participamos en una media de diez rescates, la mayoría sobre barcos recreativos».

En términos similares se movió José Antonio Fandiño, jefe de máquinas de la patrullera Guardamar Calíope, que apuntó que «en muchas ocasiones actuamos cuando una embarcación se queda sin gobierno „timón„ o máquina „motor„. No se trata de falta de mantenimiento, sino que las averías en los buques ocurren como en un coche o una moto». Carlos Martínez, patrón de la nave Salvamar Pollux, comentó que «en un mes podemos intervenir en treinta ocasiones. Hoy „ayer para el lector„ nos han llamado por un windsurfista y un piloto de una moto de agua que se habían extraviado. Por suerte, en ambos casos han sido encontrados. La costa de Cullera y la Malvarosa suelen ser dos de los puntos más conflictivos. También son dos de los puntos con mayor actividad en la actualidad».

Por último, Jaime Sánchez, capital del barco polivalente Sar Mesana, comentó que «nosotros solemos actuar en accidentes importantes o en incendios de barcos. El último lance en el que participamos fue el del Sorrento. Creo que en aquella ocasión se actuó correctamente y hubo mucha coordinación».