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Los contrastes de la ciudad

Las dos caras del medievo en Trinitat

El sensacional conjunto del monasterio ocupa el margen izquierdo de Extramurs - A la derecha, la calle medieval Volta del Rossinyol sigue sin salida y olvidada

Las dos caras del medievo en Trinitat

Frente al Pont de la Trinitat y en Extramurs, la ciudad conserva dos fabulosos ejemplos de su pasado medieval. Separados por la calle Alboraia, a la izquierda se sitúa el soberbio Monasterio de la Santísima Trinidad de Valencia, mientras que a la derecha vive una lenta agonía la calle Volta del Rossinyol, antiguo camino medieval entre jardines completamente olvidado por la administración local.

Hasta hace bien poco cuatro hermanas clarisas mantenían en uso el Real Monasterio de la Santísima Trinidad de Valencia, pero a principios del año pasado abandonaron el convento tras cinco siglos ejerciendo la clausura. Levantado en 1242 como cenobio y hospital, en 1445 se inició la construcción del actual edificio y años más tarde fue ocupado por las religiosas. Declarado en 1983 Conjunto Histórico Artístico Nacional, era el conjunto monástico más antiguo de Valencia.

Las clarisas guardaron con celo uno de los grandes tesoros de la ciudad. El conjunto arquitectónico consta de iglesia, coro, sacristía, claustro mayor de dos pisos, sala capitular, refectorio, locutorio, escalera de subida al claustro, dos patios e incluso un huerto. La fachada de la iglesia fue construida con sillería y tapial en estilo gótico flamígero, mientras la puerta principal es del siglo XV y está emparentada con las de la Lonja. La iglesia de origen gótico fue revestida con elementos barrocos. En la actualidad el edificio se encuentra con la visitas temporalmente suspendidas.

Justo en frente encontramos la Volta del Rossinyol, una de las calles emblemáticas de la ciudad porque tiene trazas medievales. En forma de curva, era un camino que marcaba los límites de los Jardines del Real y debe su nombre al canto de los ruiseñores. La calle está pendiente desde hace casi dos décadas de un proyecto integral de regeneración urbanística. Con la marcha de Cruz Roja se acabará con el tapón urbanístico que debe unirla a la calle Pintor Genaro Lahuerta.

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