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La trastienda

Un nuevo ciclo

Un nuevo ciclo

El fin de semana nos dejó para el recuerdo el nombramiento y posterior toma de posesión de los nuevos cargos electos en la Generalitat. Como ya pasara en el Ayuntamiento de Valencia, los partidos que se disponían a tomar el mando de las cosas plantearon la jornada dominical como si de una fiesta se tratara. Y la verdad es que lo fue, dadas las circunstancias y el relevo que por fin iba a producirse.

Como viene ocurriendo últimamente, y solo podemos verlo como una buena noticia, la ciudadanía se tomó pero que muy en serio la cita y arropó a las nuevas caras de Les Corts con mucho entusiasmo y participación. No me cansaré de repetir lo mucho que ha tenido que ver Podemos, el movimiento inicial del 15M y todo su contexto para conseguir levantarnos de los sillones de nuestras casas y conseguir que pensáramos que la política también era nuestra, por mucho que la ramplonería y el propio interés del bipartidismo se ocupara de dormirlos a lo largo de las últimas décadas. Era el día del PSOE, sí, pero sobre todo era el día de Compromís con su salto de gigante en cuanto a resultados y votos. Porque ellos han sido los que más han crecido y ganado, si analizamos con un poco de rigor y profundidad.

Dos días antes, el viernes, en la última sesión plenaria, se nombraba oficialmente a Ximo Puig presidente, y el portavoz de cada partido con representación parlamentaria tuvo a bien cumplir su turno de palabra. Interesan y mucho estos discursos iniciales. Sirven en ciertos casos de declaración de intenciones.

Y llegó Carolina Punset, que dio el pistoletazo de salida para que las redes sociales empezaran a hervir con su discurso. Si patética fue su alusión a la lengua identificándola con el aldeanismo, peor fue su intento de rectificación, aludiendo al inglés y el trilingüismo como argumento y dejando bien claro que las palabras de su líder Albert Rivera, días antes, sobre separatismo y banderas, no eran ni mucho menos una excepción. Forman parte de una estrategia que se prolongará hasta las próximas elecciones generales. La de la confusión. Deberían hacérselo mirar y mejorar en asesores, que sirven precisamente para evitar este tipo de pronunciamientos públicos que acaban dejando a uno o a varios en evidencia. Un partido, este de Ciudadanos, al que se le ve el plumero, y que cada día se parece más al PP de siempre.

Desayunábamos el lunes con la composición del Consell y cómo ha quedado repartido. Alegra ver cómo no tiembla el pulso a la hora de elegir a personas jóvenes pero, a priori, preparadas. Es el caso de Vicent Marzà, nuevo conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, con tan solo 32 años. Es profesor de inglés y de francés (¿eh, señora Punset?) y dirigente de Escola Valenciana, y fue cabeza de lista de Compromís por Castelló las pasadas elecciones. También le caracteriza su experiencia en el uso de las redes sociales, algo que se ha hecho prácticamente imprescindible (quién lo diría hace unos años) si hoy por hoy se pretende avanzar mínimamente en política. Lo que son las cosas.

Empezamos a ver carteras con nuevos títulos, como la Conselleria de Transparencia. No debiera ser necesaria, pero, a estas alturas, y visto lo visto, parece que no hay más remedio que asumirla como tal, con toda la expectación que conlleva su creación. Con el acto del pasado domingo se acabaron los símbolos. Ahora sí, por fin, empieza un nuevo ciclo.

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