Los pueblos del área metropolitana de Valencia que en el año 2012 se quedaron sin una parte o sin la totalidad de los servicios de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), entre ellos Mislata y Alboraia, se reunirán en los próximos días con el nuevo equipo de Gobierno de Valencia para restablecer el servicio. Por parte del Ayuntamiento de Valencia hay disponibilidad total a la negociación e incluso a hacerlo sin que resulte perjudicial para las arcas municipales. Entienden que esta medida quita coches a la capital y además aspiran a negociar en los Presupuestos Generales del Estado de 2016 el denominado contrato programa, que ya financia los transportes metropolitanos de Madrid o Barcelona.

Ayer mismo, durante la inauguración de la primera estación de bicicletas de alquiler que conecta el área metropolitana de Valencia con la capital, el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, reveló que el próximo viernes se reunirá con el nuevo equipo de Gobierno, que en cuestiones de movilidad lidera Giuseppe Grezzi, para valorar la posibilidad de que esta población vuelva a disfrutar de las líneas 7 y 29 de la EMT.

Anuladas en el año 2012 al no llegar a un acuerdo económico para mantenerla —Valencia pedía 450.000 euros al año y Mislata ofrecía un máximo de 100.000—, Bielsa entiende que la línea está amortizada, pero considera que es un servicio importante para la ciudad que debe recuperarse en las mejores condiciones posibles. De hecho, considera que el servicio debe prestarse de forma completamente gratuita, como había funcionado hasta el año 2012, integrándose dentro de un servicio de transporte metropolitano.

Una semana antes, el alcalde de Alboraia, Miguel Chavarría, anunció igualmente su deseo de reunirse con el nuevo equipo de Gobierno para recuperar las paradas de la EMT que enlazaban con la playa de la Patacona. Son dos paradas las que se suprimieron, pero eso frustra la comunicación con puntos vitales de la localidad y además les priva de conexiones con otros medios de transporte como Valenbisi.

También Vinalesa se quedó sin la EMT y tuvo que buscar medios alternativos y otras localidades como Paterna o Moncada llegaron a acuerdos económicos para mantener el servicio. Por último, pueblos como Burjassot se libraron de los recortes de Valencia capital al tener en su término municipal campus universitarios.

En respuesta a esta demanda de las poblaciones, ayer el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, ya anunció que se reunirá con todos para tratar el asunto. No dijo como se resolverá, ya que está por medio el factor económico, pero sí mostro una buena disposición a resolverlo de la manera menos perniciosa para las arcas municipales de unos y de otros.

Grezzi aseguró, por ejemplo, que Valencia valora como un gran beneficio para la capital el hecho de que se reduzca el número de vehículos que llegan desde los pueblos de los alrededores.«Es una vieja reivindicación que nosotros también hemos planteado cuando estábamos en la oposición —dijo Grezzi—, ya que el autobús que viene de Mislata impide que las personas vengan en coche. Y lo mismo Alboraia, Burjassot, Manises, Sedaví etc. Por tanto, tenemos que ver el beneficio que podemos tener en la reducción del tránsito de coches».

Financiación

Además, habrá que se sentarse a ver la financiación, para lo cual es fundamental el contrato programa, que es una aportación del Gobierno central para cubrir los costes de las grandes áreas metropolitanas. «No será tanto el dinero como la reducción de los coches y el beneficio que eso genera para la ciudad. El transporte público no puede basarse en el rendimiento económico. Hay que cuadrar números, pero hay que ver otras cuestiones», insistió.