Con la llegada de un nuevo equipo de Gobierno al Ayuntamiento de Valencia comenzará también una nueva andadura para la Fundación Turismo Valencia, cuestionada en los últimos tiempos por el papel que ocupa dentro de la política turística municipal tras su vinculación con el caso Nóos. En principio, ni la entidad ni su director gerente, José Salinas, están en cuestión, pero la idea es cambiar los estatutos de la fundación para introducir mayores controles y retirar a Salinas uno de los dos sueldos que tiene, el de la Fundación o el de su otra ocupación, director del Palacio de Congresos.
Según denunció en su día el grupo Compromís, ahora líder de la coalición de Gobierno, José Salinas cobra al año la friolera de 168.922 euros: 99.600 de la Fundación Turismo Valencia, entidad que gestiona el turismo de la ciudad y de la que está al frente desde su creación en 1991; y 69.322 del Palacio de Congresos, otro ente autónomo municipal del que es director desde su inauguración en 1998. Eso son alrededor de 14.000 euros mensuales, una cantidad muy elevada para los tiempos de austeridad que vivimos, según denunció en su día Compromís.
Primeros contactos
Así pues, con el nuevo Gobierno parece que esta situación va a cambiar de forma inmediata. Fuentes de la Delegación de Turismo, englobada dentro del área de Desarrollo Económico Sostenible y gestionada por el Partido Socialista, concretamente por Joan Calabuig, aseguraron a este periódico que ya se ha comunicado a José Salinas la obligación de dejar uno de los dos sueldos que cobra en la actualidad, que en condiciones normales será el del Palacio de Congresos. La idea, además, es que a medida que avance la legislatura abandone también ese cargo, quedándose únicamente con la gerencia de la fundación, labor en la que seguirá al menos por el momento. Simultanear ambos cargos ha creado siempre importantes recelos en otros organismos dedicados a los congresos como la propia Feria Valencia, pues no comprendían que Salinas fuera de alguna manera «juez y parte».
Por otro lado, el nuevo equipo de gobierno quiere también revisar la propia fundación. Después de que el presidente de su patronato, el vicealcalde Alfonso Grau, tuviera que dimitir por la contratación supuestamente irregular de los congresos Valencia Summit con Iñaki Urdangarín, la pervivencia de la entidad ha estado en entredicho. Había que adoptar, por tanto, alguna decisión, dijeron las fuentes.
Reforma de estatutos
Por lo pronto, pues, la idea de la delegación de Turismo es que la entidad siga viva y haciendo la función que se le encomendó cuando fue creada por los propios socialistas en el año 1991, pero con una reforma de sus estatutos para introducir mayores controles en la gestión y en la financiación, que es mayoritariamente municipal y está obligada a cumplir determinados parámetros legales.
Las fuentes aseguraron que la fundación, en la que están integradas decenas de empresas de la ciudad vinculadas al turismo, tiene que seguir adelante. Es, además, la mejor fórmula para gestionar este sector, que es la implicación directa de todos los agentes que lo integran, afirman. La delegación de Turismo, por tanto, tendrá una labor supervisora y de apoyo, además de ejercer un mayor control sobre la misma.
