El alcalde de Valencia, Joan Ribó (Compromís) y su homólogo en Mislata, Carlos Fernández Bielsa (PSPV) mantuvieron ayer una reunión en el «cap i casal» para abordar asuntos que afectan a ambos municipios, como el mantenimiento de calles comunes, la compatibilidad del servicio de bicicletas, la gestión del territorio y del agua o el tratamiento de basuras. Pero sin duda el tema estrella era el de la recuperación (o no) de las dos líneas de autobús de la EMT (especialmente la 7) que hasta noviembre de 2012 cruzaban el casco urbano mislatero y que el anterior ejecutivo de Rita Barberá eliminó por considerar que no era rentable y que Mislata „igual que Alboraia o Vinalesa„ debían abonar una cantidad de dinero si quería mantener el servicio.

Tras el encuentro de ayer, los dos alcaldes sonreían, hablaban de «un nuevo tiempo» (Bielsa) y de un «giro copernicano» (Ribó) en la relación de Valencia con su área metropolitana. Pero el nuevo munícipe de Compromís mantiene, como su antecesora, la pretensión de que Mislata pague para que los autobuses rojos vuelvan a circular por sus calles. «No queremos que sea un castigo „tal como definió Ribó los 190.000 euros que exigía el ejecutivo de Barberá al de Bielsa para no eliminar la línea 7 de la EMT„. Pero se tendrá que hacer un estudio económico razonable» en el que se analizarán los costes, «que tendrán que repartirse de forma razonable, así como los beneficios y compensaciones», con la perspectiva de que haya un contrato-programa que solvente definitivamente estos temas.

Es decir, el nuevo gobierno del «cap i casal» pretende, como el anterior, que Mislata pague un canon por la EMT, pero un canon en todo caso menor de lo que pretendía el PP. Ninguno de los dos ediles hablaron de cantidades „ni siquiera se atrevieron a establecer un plazo temporal para estudiar y reanudar el servicio, sólo dijo Ribó que intentará que sea «lo más rápido posible»„ pero se supone que deberá estar por debajo de los 190.000 euros que exigía Valencia en 2012. En aquella ocasión Mislata realizó una contraoferta de 100.000 euros, que no fue aceptada ni por el edil popular de Transportes Alfonso Novo, ni por su sustituto Alberto Mendoza.

Ayer, y en declaraciones a este periódico, Bielsa mostró su pretensión de que «Mislata no tenga que asumir ningún coste» por el servicio de EMT, y que sean el Gobierno estatal y autonómico los que asuman este coste, tal como sucede con el transporte público metropolitano de Madrid y Barcelona, o como el que Valencia tuvo hasta 2001. Por ello, el alcalde mislatero está convencido de que el estudio económico sobre el coste de la línea que ha anunciado Ribó va más encaminado a reivindicar este contrato-programa. «Es evidente que devolver la línea 7 a Mislata tiene un coste económico, pero es mucho, muchísimo menor, del que pretendía imponernos el PP», subrayó Bielsa. «Estamos dispuestos a estudiar cualquier propuesta, pero no nos gustaría tener que pagar por un servicio público cuando existen otras alternativas, como el contrato-programa».

En su comparecencia ante los medios tras su encuentro con Bielsa, Ribó anunció que impulsará un «Consejo metropolitano» que consensúe acciones comunes, como la del transporte público metropolitano. «Cuando hubo gestión metropolitana no hubo corrupción en las depuradoras, y teníamos contrato-programa en Madrid», recordó Ribó.

El alcalde de Valencia destacó que el área metropolitana tiene 1,5 millones de habitantes, y que es necesario alcanzar políticas comunes en temas como basura, agua, movilidad y huerta, para lo cual «hablaremos con todos» para consensuar políticas «y romper con el aislamiento» que, según lamentó, caracterizó la gestión de Rita Barberá. Ello implica hacer una tarea de «concienciación con el resto de ayuntamientos», pero también con la Generalitat. También apostó por la extensión de los aparcamientos «polivalentes» para los servicios de bicis públicas de Valencia y los pueblos de l'Horta, como la que ya se ha inaugurado en Nuevo Centro.