Con la llegada del verano, los horarios del metro de Valencia se ajustan a la demanda de viajeros. Según Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), el número de usuarios baja entre un 20% y un 40% respecto a otros meses y se decide modificar la frecuencia de trenes entre semana equiparándola a la que durante el resto del año tienen los sábados.

La reducción responde a que, con el periodo estival y el cierre de los centros educativos, el número de viajeros disminuye y se prescinde de ciertos trenes. En concreto, en julio desciende cerca de un millón de usuarios, siendo lo habitual de cinco a seis millones. En julio las cifras se mueven entre cuatro y cinco millones y en agosto suele quedarse en cuatro, tal como informa FGV.

Sin embargo, esta reducción se nota en los andenes, ya que aumenta el tiempo de espera de aquellos que continúan usando el metro en su día a día. Especialmente afecta a las personas que durante el verano usan el metro igualmente para ir a trabajar.

"Parece que la gente no trabaje ni tenga que ir a los sitios en verano. Hay cada vez más personas dentro y más calor", describe Lydia Redondo, usuaria habitual del metro. Además, la disminución en la frecuencia de trenes provoca que los que hay se masifiquen. "La reducción es muy drástica porque nos obliga a tener que esperar más tiempo y cuando viene el metro vamos como sardinas, además de que muchas veces ni el aire acondicionado funciona", afirma Francisco Ronda, vecino de Valencia.

A las aglomeraciones hay que sumarle, además, el calor. "La parada de Ángel Guimerá en especial el calor es excesivo. Es inhumano estar aquí 40 minutos esperando a más de 39 grados que estaremos", opina Loles García, usuaria diaria del metro para ir a trabajar. Tampoco convence que los transbordos no estén coordinados. "Los transbordos están mal calculados. Todos los días tengo que correr mucho y aún así no llego. El tren sale antes y con un minuto o dos llegaríamos muchos más", denuncia Roger Ferrandis, estudiante valenciano. Como solución muchos ya optan por fijarse bien en los horarios antes de salir de casa y evitarse así la espera.

Contraste con otras ciudades

En otras ciudades españolas el tiempo de espera es de apenas unos minutos y no reducen el número de trenes en verano. Por ejemplo en Barcelona se considera la época estiva como un periodo de temporada alta y no se disminuye ni el tránsito ni el horario de los trenes. En Madrid sin embargo, también reajustan los horarios, aunque aseguran que la diferencia es "muy ligera".