La Policía Local de Valencia aumentará su presencia en el Cabanyal y dejará una patrulla permanente en la «zona cero» para frenar los problemas de ruido, chatarrería, venta de droga y otras cuestiones que alteran la convivencia. La medida fue adoptada ayer en la reunión del grupo de trabajo creado por la Comisión de Emergencia del Cabanyal para abordar los problemas de seguridad y limpieza, un grupo que adoptó, así mismo, medidas de calado social y de imagen.

Según explicó el portavoz adjunto del equipo de Gobierno, Jordi Peris, ayer se aprobó, por ejemplo, la presencia de trabajadores sociales para identificar a las familias y a los problemas que las acompañan. Consol Castillo, concejala de Servicios Sociales, explicó que estos profesionales irán físicamente al barrio una vez a la semana desde el centro de la Malva-rosa y, si hiciera falta, podría crearse incluso un centro en el propio Cabanyal. Estos profesionales asesorarán en materia de vivienda, servicios, empleo o ayudas de emergencia. «La idea es identificarlos y acercarlos a estos primeros interlocutores», dijo.

Otra de las medidas apuntadas por Peris hace referencia a la presencia policial. Se incrementará su presencia para disuadir actividades ilícitas y vigilar actividades económica como las chatarrerías que generan muchos problemas en el barrio. La concejal de Seguridad Ciudadana, Sandra Gómez, explicó que se pondrá una patrulla permanente en la zona más degradada del barrio para mediar con las familias, disuadirlas de sus actividades y mejorar la relación con los vecinos. «Las prioridades son la mediación y la prevención, intensificando el policía de barrio, que conoce los problemas directos, y poniendo una patrulla fija que estará este verano en las calles Barraca, Padre Luis Navarro, Progreso, Escalante o Los Ángeles«, dijo la concejala.

Un tercer pilar del acuerdo tiene que ver con la limpieza. El compromiso es poner en marcha un plan de choque «para que se note el cambio inmediatamente», dijo Peris. En concreto, se desplegarán dos camiones de recogida de muebles y enseres y se limpiarán los solares.

También se abordarán cuestiones de mediación intercultural «para establecer comunicación entre los distintos grupos sociales y mejorar la convivencia sin estigmatizar a nadie». Y finalmente, se llevará a cabo un plan para mejorar la imagen exterior del barrio y procurar la dinamización del mismo, una medida muy demandada por los comerciantes.

Todas estas cuestiones se analizarán cada quince días en una comisión de seguimiento que puede decidir cambios según la evolución de las cosas.

A medio plazo se abordarán, así mismo, cuestiones como las viviendas ocupadas, que según Peris se tratarán de una forma integral pensando en la rehabilitación y los realojos; las chatarrerías ilegales, que es uno de los temas más acuciantes por el ruido y la suciedad; y el problema de la droga, para lo cual la concejala Sandra Gómez explicó que la próxima semana se solicitará una reunión con la Delegación del Gobierno con el fin de poner en marcha un plan conjunto con la Policía Nacional. La meta es «erradicar » la droga en el cabanyal.